UME: “La humedad favorece que la previsión de esta campaña contra incendios sea mejor"

El comandante Sergio del Hoyo explica cómo la UME se prepara para luchar contra el fuego este verano

Manuel Ángel Gómez

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“Queremos ser optimistas por las precipitaciones en casi toda España, esta humedad seguramente sea beneficiosa para la campaña de este año”, dice el comandante Sergio del Hoyo, oficial de la Sección de Operaciones de la Unidad Militar de Emergencias (UME). La UME se ha convertido -desde su creación en 2006- en una herramienta imprescindible para combatir el fuego. En 2017 participó en la extinción de 56 incendios, y la única comunidad autónoma en la que no ha actuado en estos años -porque no se ha solicitado su intervención- ha sido en el País Vasco.

Para la campaña de lucha contra el fuego de 2018 la UME se ha estado preparando en los últimos meses con “jornadas de instrucción”, y con “estudios de las zonas donde se prevé que haya mayor riesgo de incendios”, cuenta el comandante. Explica que “se hacen reconocimientos de estas zonas, se examinan cuales son las mejores rutas de acceso y cuales pueden ser los puntos más conflictivos”. Asegura este militar de la UME que -a causa de las abundantes lluvias- “es cierto que habrá más vegetación, que se comporta como combustible, pero también la humedad favorece que la previsión para esta campaña sea mejor”. La Unidad Militar de Emergencias dispone de 3.000 hombres y mujeres, 1.400 de ellos preparados para colocarse en primera línea de fuego.

Sus medios principales para la extinción de incendios son las autobombas, cada una con una capacidad de 3.500 litros. “Los pelotones llevan tres autobombas y una nodriza -que abastece de agua a las autobombas- con una capacidad de 13.500 litros”, señala. Este año van a contar con nuevos “vehículos multipropósito”, que permiten cambiar su configuración utilizando la misma plataforma. Según el comandante Sergio del Hoyo, en las labores de extinción “los obstáculos vienen determinados por el comportamiento del fuego, influenciado por la vegetación, el viento, la temperatura, la humedad, y las características topográficas del terreno”.

Añade que los incendios más difíciles de apagar son “aquéllos que no nos permiten el acceso fácilmente, debido a la orografía del terreno, las pendientes”, lo que hace que “el personal a pie no pueda acceder a las zonas donde sería más aconsejable el ataque al fuego”. Sobre los consejos que hay que seguir para no quedar atrapado en un incendio, afirma que “lo primero que hay que hacer es llamar a las autoridades para informarse de cuáles son las zonas más seguras, siempre se debe andar en dirección contraria al avance del fuego, no meterse en pendientes y salir a las vías de comunicación principales”.