Marcelino Tamargo: "No se sostiene la causa de fuerza mayor para eludir las indemnizaciones"

Joaquín Vizmanos

Publicado el - Actualizado

2 min lectura

Los organizaciones del Mobile World Congress (MWC) han alegado una “causa mayor” como el coronavirus para suspender la cita de este año y evitar pagar las millonarias indemnizaciones a las empresas afectadas. Creen que eso les exime. Sin embargo esta justificación no convence a los despachos de abogados consultados por COPE. “No se sostiene”, nos cuenta Marcelino Tamargo, director de Espacio Legal. “No puede ser, porque no existe una razón de fuerza mayor si se está celebrando otro congreso en Holanda o se va a jugar el partido del Barcelona ¿qué diferencia hay entre el partido que se juega en el Camp Nou con 100.000 espectadores y el Mobile”, se pregunta. Recuerda que ni la Organización Mundial de la Salud ni el Gobierno han declarado la situación de excepcional, no existe riesgo sanitario.

Los abogados de las empresas que iban a acudir al Mobile están revisando en las últimas horas los contratos con GMSA, la organizadora, para depurar responsabilidades y recuperar el dinero perdido con la anulación. “Lo que ya sabemos es que la póliza de seguro contratada no cubre esta contingencia”, afirma Tamargo. Está gestionada por el bróker Willis Towers y tiene una cobertura superior a los 100 millones de euros pero no blinda ante el riesgo de pandemia.

¿Habrá oleada de litigios?

Todo indica que la batalla legal que se inicia ahora por las indemnizaciones se presume larga y complicada. “El trabajo va a ser descomunal”, señala el director de Espacio Legal. Sin embargo está convencido de que antes de tomar la decisión, GSMA ha podido llegar a un acuerdo con muchos de los asistentes. “Yo no creo que el Mobile se arriesgue a haber hecho esto sin haberlo consensuado previamente. Sería una locura porque son 2.800 demandas que perderían sin duda”, apunta. Añade que “sería la ruina para ellos, no lo soportarían económicamente, los hundiría, sería el fin además de lo que supone de desprestigio tremendo”. Por eso, cree que los organizaciones han podido acotar el riesgo con las principales empresas. Otra cosa es lo que pase con los clientes finales o los proveedores. “Esos no recuperarán el dinero”, dice.