Aguanta la Bolsa de Sao Paulo mientras se deprecia el real brasileño en una sesión de calma tensa

El índice Ibex 35 cierra este lunes en 8.694 puntos, con una inapreciable pérdida del 0,07 por ciento

Imagen de la Bolsa, archivo

Fernando Mañueco

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Hoy los inversores han estado muy pendientes de los disturbios que se han producido en las últimas horas en Brasil, país en el que tienen importantes intereses las grandes empresas españolas. Telefónica, Banco Santander, Iberdrola, Naturgy, Repsol, Mapfre, ACS, Aena, Indra o Prosegur, entre otras, tienen comprometidas inversiones en el país de la samba en total por más de 40.000 millones de euros. La Bolsa española es la de mayor exposición a Brasil de toda Europa, lo que justifica la alerta en el mercado.

De momento, la incertidumbre no ha conseguido generar demasiado nerviosismo. Entre los grandes del parqué con presencia en Brasil solo han cerrado en rojo Iberdrola, Indra, Aena, Santander y Repsol. Excepto la petrolera, que se ha dejado un 2 por ciento, ninguno de ellos ha perdido más de un 0,5 por ciento. La Bolsa de São Paulo se mueve con moderadas ganancias esta tarde, mientras pierde terreno la cotización del real brasileño contra el dólar. Pero la cosa no va mucho más allá.

Dentro de casa, el índice Ibex 35 cierra este lunes en 8.694 puntos, con una inapreciable pérdida del 0,07 por ciento. Se trunca la buena racha de las primeras cinco sesiones del año en las que había ganado un 5,7 por ciento. Hoy han pagado dividendo Faes Farma y Red Eléctrica. Y comienza el programa de dividendo flexible de Iberdrola, que amplía su capital para abonar su dividendo en acciones a los que así lo deseen. Será en la proporción de una acción nueva por cada 60 antiguas. Los accionistas pueden optar también por cobrar el dividendo en efectivo (18 céntimos) o por vender los derechos de suscripción de la ampliación de capital en el mercado bursátil.

Por su parte, Repsol repartirá el miércoles un dividendo en efectivo de 0,35 euros brutos por acción. La petrolera pagará en total con cargo a los resultados del pasado ejercicio 0,70 euros por acción, lo que supone un aumento del 11 por ciento respecto a la cantidad distribuida el año anterior.

En general, los mercados creen que comienzan a desactivarse algunas de las grandes bombas de relojería que penden sobre los ánimos de los inversores. Los más optimistas consideran que se moderará progresivamente el ritmo de enfriamiento de la actividad económica mundial. Y ya ha empezado a doblegarse la brutal escalada de la inflación, así que pronto se suavizará el ritmo de aumento de los tipos de interés. Solo falta que se matice la crisis de energética y mejore el estrangulamiento de las cadenas de suministro. El que no se consuela es porque no quiere. Quizá la recesión no sea demasiado grave ni en Estados Unidos ni en Europa. Se espera un aterrizaje suave, por lo que la Reserva Federal y el Banco Central Europeo tienen argumentos para levantar el pie del acelerador. Mañana hablará el presidente de la Reserva, Jerome Powell. Y los mercados le escucharán con atención.

En los demás mercados, el petróleo repunta con fuerza tras varios días y semanas con tendencia a la baja. Roza esta tarde los 81 dólares por barril empujado por la reapertura de la economía y las fronteras de China. Sube también el precio del gas en los mercados internacionales. En el mercado de deuda pública, la rentabilidad de los bonos baja hasta el 3,28 por ciento.

El Tesoro realizará dos subastas de deuda esta semana. Mañana colocará letras a 6 y 12 meses y el jueves vendrá bonos y obligaciones a 3, 7 y 23 años, además de obligaciones a 15 años ligadas a la inflación.