El PIB de la zona euro no consigue animar a un Bolsa con más dudas que certezas

La Bolsa ha cerrado en una zona gris que no ha tranquilizado a casi nadie. El índice Ibex 35 queda para mañana en 9.040 puntos tras perder un 0,6 por ciento. Mucho más animosas se han mostrado las restantes plazas europeas, con el índice DAX de Fráncfort en máximos históricos. En verde también la Bolsa de Wall Street, que también se mueve en niveles nunca antes vistos.

El PIB de la eurozona no ha sorprendido. Se ha ajustado a las previsiones y no ha influido en los mercados. La economía europea ha crecido a un ritmo anual del 3,7 por ciento al cierre del tercer trimestre. Algo más de revuelo han provocado las ventas al por menor en Estados Unidos. Han aumentado un 1,7 por ciento, que es más de lo que esperaban los inversores. Los analistas han interpretado que se mantienen elevadas las presiones sobre los precios, lo que augura un largo periodo de inflación demasiado alta, lo que a su vez incrementa las probabilidades de que la Reserva Federal tenga que adelantar la subida de sus tipos de interés.

Tras el dato se ha revalorizado el dólar y ha subido la rentabilidad de los bonos. El rendimiento de la deuda estadounidense a diez años ha alcanzado el 1,63 por ciento, mientras el papel a 20 años ha superado el 2 por ciento. Además la producción industrial en EEUU ha crecido un 1,6 por ciento, lo que remacha la impresión de que la recuperación es sólida y la inflación no será tan transitoria como asegura la autoridad monetaria.

Mañana se conocerá el IPC de la zona euro. La referencia del mes anterior coloca la inflación en Europa por encima del 4 por ciento. La de España se ha disparado al 5,4 por ciento. Los inversores temen como a un nublado la conjunción de un incremento de la inflación con el enfriamiento de la recuperación económica. La Comisión Europea, recordemos, en sus previsiones de otoño, ha rebajado sustancialmente sus estimaciones de crecimiento económico para España. Las ha recortado desde el 6,3 hasta el 4,6 por ciento. Un hachazo importante. La CE retrasa hasta 2023 el momento en el que España recuperará los niveles precrisis de crecimiento de empleo.

Hoy petróleo baja de los 82 dólares por barril, frente a los 85 dólares largos que alcanzó hace poco. La Agencia Internacional de la Energía ha asegurado en su último informe que los precios ya han tocado techo. Ha aumentado la producción de Estados Unidos y la OPEP poco a poco va aumentando también la suya. Sin embargo, los precios no bajarán mucho más, porque la demanda sigue fuerte. Otra visión tiene la OPEP que, en su último informe mensual, ha reducido su previsión para la demanda mundial de crudo en este último trimestre del año. Los elevados precios pueden erosionar la demanda. Los países exportadores integrados en este cártel creen que la demanda se reducirá hasta 99,5 millones de barriles por día en la recta final del año, lo que supone 300.000 barriles menos de lo que esperaba en sus anteriores estimaciones. La OPEP mantiene su proyección de un fuerte crecimiento de la demanda en 2022. Los analistas creen que en cualquier momento Estados Unidos podría sacar al mercado sus reservas estratégicas de petróleo y carburantes para atajar la escalada de los precios.

El pero se encuentra en que el dólar sigue fuerte. El euro se cambia esta tarde por 1,1350 dólares, lo que encarece la factura energética que se paga en dólares. En las “criptos” el Bitcoin ha bajado más de un 5 por ciento en pocas horas, hasta poco más de 60.000 dólares. Dentro de casa, el Tesoro ha resuelto una nueva subasta de letras. En este caso ha colocado papel a 3 y 9 meses.

Ha captado 1.900 millones de euros. En ambas ha cobrado más a los ahorradores que colocan su dinero en estos activos. La rentabilidad de las letras a tres ha ahondado en terreno negativo, ha pasado del menos 0,655 al menos 0,757 por ciento. El rendimiento a 9 meses ha pasado del menos 0,592 al menos 0,623 por ciento.