La Bolsa cierra con leves ganancias, animada por los máximos históricos de Wall Street

Los mercados han contado hoy con un par de referencias favorables. El Banco de Inglaterra, -como han hecho en las últimas horas y días la Reserva Federal de EEUU y el Banco Central Europeo-, ha renovado su compromiso con las medidas de estímulo económico. Ha dejado sin cambios el precio del dinero en el 0,10 por ciento y mantiene su programa de compra de activos en 895.000 millones de libras, que equivalen casi a un billón de euros. Continuará apoyando la economía hasta que la inflación se sitúe en torno al objetivo del 2 por ciento.

Además, los inversores confían en que la Unión Europea y el Reino Unido consigan finalmente evitar un Brexit duro. Ambas partes se han dado un nuevo plazo, que concluye en la medianoche del domingo. Si se produce más tarde, el Parlamento Europeo no tendrá tiempo para ratificarlo antes de que concluya el año. Hoy la libra esterlina cotiza en puertas de 1,36 dólares, mientras el euro ha superado el cambio de 1,2250 dólares. Ambas monedas cotizan en sus niveles más altos desde mediados del año 2018. La divisa estadounidense ha perdido cerca de un 10 por ciento de su valor en lo que va de año. En los últimos días los inversores han abandonado parcialmente sus posiciones en dólares como moneda refugio.

Mañana le tocará el turno al banco central japonés, el BoJ según sus siglas en inglés. Se espera que mantenga su tipo de interés oficial en el menos 0,10 por ciento. Tampoco se descarta que aumente sus programas de estímulo económico. La Bolsa de Tokio se encuentra en su nivel más alto de los últimos 30 años.

La Bolsa de Nueva York se mueve esta tarde en máximos históricos en sus índices Nasdaq y S&P 500. El Dow Jones de valores industriales roza sus niveles récord. Los mercados apuestan porque el Congreso estadounidense alcance en breve un acuerdo para poner en marcha un nuevo programa de estímulo económico. Parece que demócratas y republicanos están a punto de consensuar un plan de alrededor de 900.000 millones de dólares para reactivar la economía. Se habla de que el acuerdo puede ser cuestión de horas. Falta hace, porque hoy se ha conocido que 885.000 estadounidenses solicitaron la semana pasada un subsidio por desempleo, su cifra más alta en varios meses.

Por lo demás, la agencia estadounidense del medicamento, la FDA, podría dar hoy mismo luz verde a la vacuna de Moderna. En Europa, la EMA, seguramente aprobará el lunes la vacuna de Pfizer y Biontech.

Ayer la Reserva Federal dejó claro que mantendrá el precio del dinero cerca del cero por ciento (lleva desde marzo en la banda del cero al 0,25 por ciento) y mantendrá las compras de bonos al ritmo actual de 120.000 millones de dólares al mes, al menos hasta el año 2023. En todo caso, seguirá inyectando liquidez al sistema durante el tiempo que sea necesario para que la economía reaccione, se recupere el empleo y aumente la inflación. Y las Bolsas lo celebran.

El índice Ibex 35 termina el día en 8.153 puntos, con alza de un 0,17 por ciento. El temor a la extensión de la pandemia y a las nuevas restricciones y confinamientos ponen algo de plomo en las alas del mercado. Hoy ha comenzado la ampliación de capital de Repsol para atender el pago de su "scrip dividend", que puede cobrarse en acciones nuevas o en efectivo, a gusto del inversor. El derecho de suscripción ha cerrado a 28,65 céntimos de euro. Han subido los bancos, en especial Bankinter, ante una posible salida a Bolsa de Línea Directa, su filial de seguros.

Como curiosidad, un pequeño club de fútbol alicantino de la tercera división, el Intercity, ha iniciado la andadura que le llevará a cotizar en el mercado de empresas de crecimiento de la Bolsa española.

En los demás mercados destaca el petróleo, que supera los 51 dólares por barril. Es su precio más alto desde finales de enero. En abril se pagaba a menos de 20 dólares. En el mercado de deuda pública, la rentabilidad de los bonos españoles a diez años continúa muy cerca de mínimos históricos, pero ha repuntado en las últimas horas. Ha pasado de un rendimiento negativo del menos 0,02 por ciento hasta el 0,01. Las masivas compras de deuda que realiza el BCE permiten a España disfrutar de tipos tan bajos.