La Bolsa se pasa al lado oscuro y abre con fuertes pérdidas
El índice Ibex 35 arranca el miércoles en 8.780 puntos, con un recorte del 1,3 por ciento
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Los mercados financieros de medio mundo continúan en plena fase de procrastinación. Pocos se atreven a mover ficha. Pocos se atreven a asumir riesgos. Los inversores necesitan más datos. Las Bolsas llevan ya algunos días dejando pasar el tiempo a la espera de las decisiones que tome mañana el consejo de gobierno del Banco Central Europeo. Se espera que revise al alza sus previsiones de crecimiento. El pero se encuentra en que la inflación se ha disparado en Europa hasta el 3 por ciento, su nivel más alto de los últimos 10 años, lo que puede obligar al BCE a reducir sus compras de bonos antes de lo que se esperaba. Así quien más quien menos se limita a contener el aliento y a esperar en posiciones de liquidez.
De momento, los mercados se entretienen con los datos que desgrana el día a día. Hoy se ha conocido que la economía de Japón ha crecido en el segundo trimestre mucho más de lo que se pensaba. El PIB nipón ha aumentado 1,9 por ciento en el segundo cuarto del año en tasa anualizada, frente al 1,3 que se estimaba inicialmente. En tasa intertrimestral el crecimiento ha alcanzado el medio punto, contra las tres décimas que se barajaban.
Hoy se publicará en Estados Unidos el llamado libro Beige de la Reserva Federal. Es un documento en el que el banco central estadounidense pasa revista a la situación y a las perspectivas de la economía. Es, por tanto, una referencia importante para los mercados. El presidente de la Reserva Federal de Saint Louis, James Bullard, ha insistido en que hay que iniciar cuanto antes la reducción en las compras de bonos pese a que el mes pasado se ha desacelerado la creación de empleo en EEUU. Espera que la economía y el mercado laboral se muestren muy fuertes en los próximos meses y en el próximo ejercicio, por lo que aboga por un “tapering” sin mayor tardanza.
El índice Ibex 35 arranca el miércoles en 8.780 puntos, con un recorte del 1,3 por ciento. Bajan todos los valores grandes, incluidas las eléctricas. El gobierno prepara un paquete de medidas para frenar la desorbitada escalada de los precios. Entre ellas, reducir más la presión fiscal o que las grandes compañías deban vender forzosamente energía a pequeñas comercializadoras.
El comité asesor técnico anunciará hoy tras el cierre del mercado los cambios en el índice Ibex 35 de cara a los próximos meses. En principio los analistas no esperan modificaciones en la composición de este indicador. Si las hubiera, los expertos apuestan por la entrada de Logista, laboratorios Rovi o Sacyr en sustitución de Viscofán, Cie Automotive o la hotelera Meliá.
En los demás mercados destaca la caída a plomo del Bitcoin tras las subidas de los últimos días. En pocas horas ha pasado de 52.500 dólares a los 45.500 de hoy. Es una caída del 13 por ciento. Ayer El Salvador se convirtió en el primer país del mundo en aceptar el Bitcoin como moneda de curso legal y como medio de pago. Los mercados estaban muy atentos a este “experimento”. Y ha defraudado, al menos por el momento y al menos en su parte técnica. La aplicación que debía dar soporte a las operaciones en esta moneda no ha funcionado como se esperaba, incluso ha llegado a colapsarse, ha llegado a desbordarse, lo que ha generado frustración en el mundillo de las “criptos”.
En el mercado de deuda, la rentabilidad de los bonos españoles a diez años repunta hasta el 0,37 por ciento. Los de Estados Unidos al mismo plazo rinden un 1,37 por ciento. Ayer el Tesoro se anotó un gran éxito en la venta de su primer bono verde. Se colocaron 5.000 millones de euros en títulos con vencimiento a 20 años y con una rentabilidad seis puntos básicos por encima de la que ofrece el bono soberano a 20 años. Fue muy intensa la demanda procedente de grandes inversores institucionales del Reino Unido, Alemania y Estados Unidos. De hecho la demanda multiplicó por doce la oferta, hasta alcanzar los 60.000 millones de euros. La Comisión Europea, por su parte, emitirá en octubre sus primeros bonos verdes, es decir deuda cuyo fin es financiar proyectos relacionados con el medio ambiente, como energías renovables, eficiencia energética, o gestión de residuos.