La Bolsa pulsa el botón de pausa en una sesión marcada por la fuerte subida del euro

El Ibex 35 ha cerrado en 8.200 puntos con un pequeña pérdida del 0,24 por ciento

La Bolsa pulsa el botón de pausa en una sesión marcada por la fuerte subida del euro

Fernando Mañueco

Publicado el - Actualizado

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La Bolsa continúa asimilando sin grandes problemas las órdenes de venta de cuantos inversores retiran parcialmente las ganancias que se han acumulado en las últimas sesiones. De momento, la digestión del papel es muy fluida y apenas erosiona los índices. La excesiva fortaleza del euro, -que cotiza en su nivel más alto de los últimos dos años y medio-, ha actuado como rémora para los mercado europeos y como impulso para los de Estados Unidos, que siguen en máximos históricos.

El Ibex 35 ha cerrado en 8.200 puntos con un pequeña pérdida del 0,24 por ciento. Ha habido división de opiniones entre los grandes valores. Destaca la caída de un 13 por ciento de PharmaMar tras los malos resultados de uno de sus antitumorales, -la lurbinecdetedina-, en los ensayos clínicos. Entre los más pequeños, Duro Felguera ha subido un 22 por ciento, entre rumores sobre la posible aprobación de su plan de rescate.

En medio mundo se han publicado hoy los índices PMI de actividad en el sector servicios. Son las cifras referidas a noviembre. En España la actividad se ha deteriorado más de lo que se esperaba. Ha pasado de 41,4 puntos a una lectura de 39,5. Se encuentra claramente en contracción como consecuencia de los efectos de la pandemia sobre el turismo, la movilidad, los viajes y, en general, la actividad económica. Las últimas noticias sobre las vacunas podrían mejorar estas cifras en la recta final del año.

En todas partes cuecen habas. El PMI servicios de Italia y Francia ha empeorado más de lo que se esperaba.

En Alemania también se ha producido una contracción en el sector servicios (de 49,5 a 46 puntos), pero el manufacturero se mantiene por encima de 50, lo que indica expansión. En el conjunto de la zona euro la actividad no manufacturera ha caído de 46,9 a una lectura de 41,7, mientras el dato compuesto (contabilizando también el sector industrial) ha empeorado desde 50 hasta 45,3. Noviembre, por tanto, ha sido un muy mal mes para las economías europeas, sobre las que han vuelto a impactar las restricciones derivadas de la lucha contra la pandemia.

La parte buena en este desolador decorado es que la llegada de las vacunas contra la Covid-19 ha mejorado las expectativas de crecimiento para el año 21. Hay otra buena noticia hoy y es que las ventas al por menor en la eurozona han repuntado un 1,5 por ciento en octubre, frente a la caída del 1,7 por ciento en el mes anterior.

Mejor han ido las cosas en otras latitudes. En China el PMI servicios ha crecido hasta una lectura de 57,8 puntos, desde los 56,8 del mes anterior. Los analistas del Deutsche Bank creen que la economía china puede crecer a un ritmo del 9,5 por ciento el año próximo. Ya en este último trimestre del ejercicio en curso el crecimiento puede acercarse al 6 por ciento en el gigante amarillo. Son cifras muy sólidas para lo que está cayendo y ha caído en los últimos meses con la pandemia.

También en Estados Unidos las cosas van mejor que en Europa. La actividad en el sector servicios muestra una lectura de 58,4 puntos, es decir, en plena zona de expansión. Además, las peticiones semanales de subsidios por desempleo se han situado en 712.000, un número muy elevado, pero inferior al que esperaban los analistas. Es una referencia que los mercados siempre tienen en cuenta. Son el aperitivo a la tasa de paro y la creación de empleo, que se conocerán mañana, viernes.

La Bolsa de Nueva York no le pierde la cara a sus máximos históricos. Muestra ligeras ganancias a media sesión. Según una encuesta realizada por la agencia Reuters a numerosos analistas, el índice S&P 500 de la Wall Street puede acabar el año próximo en 3.900 puntos y el Dow Jones de valores industriales, en 32.500. A media tarde se encuentran en 3.680 y 30.050 puntos, respectivamente. La debilidad del dólar frente a otras monedas ayuda a Wall Street, por cuanto facilita las exportaciones de las empresas estadounidenses.

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