La Bolsa salva los muebles in exremis, pero acumula una pérdida del 1,5 por ciento en la semana

La Bolsa ha conseguido detener la sangría de pérdidas que sufrió ayer. Al menos por el momento. En el fondo nada ha cambiado. Siguen vivitos y coleando los miedos sobre la expansión de la nueva variante de la Covid-19 y sigue vivo el temor a su impacto sobre la indicpiente recuperación económica. Pero lo cierto es que los inversores han aprovechado el recorte de los precios para comenzar a picotear aquí y allá en busca de oportunidades.

También en el mercado de materias primas se ha dejado notar el temor una pérdida de impulso de la recuperación económica por la variante delta del coronavirus. Ayer el petróleo corrigió con fuerza tras las intensas subidas de las últimas semanas. Pasó en un visto y no visto de 78 a 73 dólares. Pero hoy se recupera. El crudo del Mar del Norte cotiza esta tarde a 75 dólares.

El índice Ibex 35 queda hasta el lunes en 8.776 puntos, depués de ganar un 1,46 por ciento en el día. Ayer cayó más de un 2 por ciento. En el conjunto de la semana la Bolsa ha perdido un 1,5 por ciento. En lo que va de año acumula una revalorización del 8,7 por ciento. Han subido los valores más castigados en las últimas horas, como Arcelor y los bancos. Las empresas turísticas han operado con división de opiniones. Ha subido la aerolínea hispano británica IAG y la central de reservas Amadeus, pero han flojeado la hotelera Meliá y la gestora de aeropuertos AENA.

Ha subido ligeramente Cellnex Telecom, que ha culminado la compra de la empresa polaca de infraestructuras Polkomel por 1.600 millones de euros. Paralelamente, Atlantia ha decidido finalmente no ejercer su opción de compra sobre un 3,4 por ciento de Cellnex. En breve se estrenarán en BME Growth, -el antiguo MAB o Mercado Alternativo Bursátil-, las acciones de la consultora de comuniacionn Llyc, antes conocida como Llorente y Cuenca. Lo hará con una capitalización de 109 millones de euros. Aprovechará el mercado bursátil para financiarse y para acometer su plan de crecimiento.

Hoy los mercados han estado muy atentos a las actas del último consejo del Banco Central Europeo, que tuvo lugar el 10 de junio, en el que mantuvo sin cambios el precio del dinero. El BCE aprobó con un amplio consenso el aumento de sus compras de bonos a lo largo del segundo semestre. Además los miembros del BCE se reafirmaron en su impresión de que la inflación subirá en el corto plazo, pero seguirá siendo débil a medio y largo.

Ayer mismo la autoridad monetaria europea revisó su estrategia. Ha modificado su actual objetivo de inflación “por debajo, pero cerca, del 2 por ciento” y lo ha reconvertido en un objetivo flexible de “alrededor” del 2 por ciento. Es un matiz pequeño pero muy importante, ya que implica que no tomará medidas automáticamente en caso de que supere temporalmente esa cifra. La semana que viene se publicarán los datos de inflación de las grandes economías. El IPC de Estados Unidos se conocerá el martes y el viernes verá la luz el de la zona euro. El IPC de España se publica el miércoles.

En Estados Unidos su presidente, Joe Biden, sigue luchando por sacar adelante su plan de estímulo económico por 1,8 billones de dólares. Hay discrepancias ante demócratas y republicanos sobre la inversión en temas sociales. El plan de infraestructuras puede beneficiar a numerosas empresas estadounidenses, pero también a algunas europeas. Los analistas de Citi señalan a compañías como Volvo, Alsthom o Siemens Energy. Los mercados esperan que los paquetes de estímulo sean suficientes para apoyar el crecimiento de la economía y los beneficios empresariales. Y esperan que los grandes bancos centrales sean capaces de ir retirando las medidas de estímulo con tiento cuando la economía haya demostrado que es capaz de volar sola.