La mayor tensión en el mercado petrolero y los malos datos de inflación en la UE doblegan a la Bolsa

Los indicadores de inflación de la zona euro han vuelto a dar un disgusto a los inversores. La tasa interanual se ha colocado en el 8,1 por ciento, frente al 7,4 del mes anterior. Una guarismo nunca antes visto. La energía se ha encarecido un 40 por ciento en un año, lo que justifica sobradamente, -junto la subida de los alimentos-, el pésimo dato que se ha publicado esta mañana. La tasa subyacente, sin contabilizar estos elementos más volátiles, ha crecido hasta el 3,8 por ciento. Los datos de inflación han sido preocupantes también en España, Alemania, Francia y Portugal, mientras en Italia se ha publicado un mínimo aumento del PIB de apenas una décima en el primer trimestre.

La escalada de la inflación en Europa presiona enormemente al Banco Central Europeo para que tome medidas drásticas. El día 9 de junio se celebrará el próximo consejo del BCE. No se espera que mueva ficha todavía, pero sí que deje clara su hoja de ruta para las reuniones de julio y septiembre. Con estas referencia, el euríbor cierra el mes rozando el 0,3 por ciento, cuando en enero del año pasado se movía en el menos 0,5 por ciento. Los créditos hipotecarios a tipo variable se encarecerán en la próxima revisión. Para una hipoteca de 150.000 euros a 25 años la cuota mensual subirá de 530 a 580 euros al mes, unos 600 euros más al año.

El gran temor de los mercados se encuentra en el enfriamiento de la actividad económica que provocarán las próximas subidas de tipos en Estados Unidos y en la zona euro. Y la Bolsa duda. El índice Ibex 35 queda hasta mañana en 8.851 puntos, con una pérdida del 0,9 por ciento. El mes se ha saldado con una subida del 3,10 por ciento, que deja la revalorización acumulada en el año en el 1,6 por ciento. Hoy ha subido con fuerza Repsol, que se beneficia por la subida del petróleo, y ha bajado a la aerolínea IAG, a la que perjudican los carburantes más caros. Iberdrola está a punto de perder los 11 euros, mientras el Banco Santander defiende los 3 euros por acción y Telefónica reconquista los cinco. Hoy ha sido el último día para comprar "telefónicas" con derecho al cobro del próximo dividendo. En lo que va de año las acciones de la operadora han subido un 30 por ciento.

La Bolsa de Nueva York ha vuelto a la actividad tras la festividad de ayer. Y lo ha hecho con números rojos. A primera hora de la tarde se publicado el índice de confianza de los consumidores estadounidenses, que es una referencia muy seguida por los inversores. Este indicador se ha deteriorado ligeramente desde una lectura de 107,3 puntos hasta 106,4. Wall Street espera ahora los resultados de la reunión que mantienen el presidente del país, Joe Biden, con el gobernador de la Reserva Federal, Jerome Powell. Sobre la mesa, la insostenible escalda de la inflación, que se encuentra actualmente en el EEUU en el 8,4 por ciento. Es su nivel más alto de los últimos cuarenta años.

En los demás mercados, ha subido el precio del petróleo tras el acuerdo parcial en Bruselas para prohibir las importaciones de Rusia. A finales de año Europa eliminará casi por completo las compras del crudo ruso que llegan por barco, pero no todas las que vienen por oleoducto, para no ahogar el suministro a Hungría, Eslovaquia y República Checa. Además, sobre el precio del petróleo pesa la progresiva reapertura de la actividad en las ciudades chinas que han estado confinadas varios meses por el rebrote de la pandemia. El crudo tipo Brent del Mar del Norte, el que sirve como referencia en Europa, supera esta tarde los 123 dólares. Hace un año se pagaba a 70 dólares. La primera derivada es una nueva subida de los carburantes. El precio medio de la gasolina sin plomo de 95 octanos supera los dos euros, que es un nuevo récord. El diésel está todavía algo por debajo de su máximos, con un precio medio de 1.88 euros por litro. Cuando el gobierno aprobó el 1 de abril la ayuda de 20 céntimos por litro, el precio de la gasolina era de 1,82 euros y de 1,85 el gasoil.