Mercado laboral: la tranquilidad del indefinido

En los dos primeros meses de 2.022, se han convertido más de medio millón, un casi un 140% más que en el mismo periodo del año anterior. Los contratos fijos son ya el 22%

Mercado laboral: la tranquilidad del indefinido

Sefi García

Publicado el - Actualizado

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El año ha arrancado con una cifra récord de contratos indefinidos, un cambio que supone para los empleados abandonar la incertidumbre sobre su futuro y emprender proyectos vitales que antes ni se plateaban: estabilizar su día a día e incluso plantearse formar una familia y tener hijos.

En los dos primeros meses de 2.022, se han convertido más de medio millón, un casi un 140% más que en el mismo periodo del año anterior. Los contratos fijos son ya el 22%. Cambia el panorama laboral en nuestro país antes de la entrada en vigor definitiva de la nueva normativa, que será plenamente operativa el 30 de marzo, aunque da un margen importante de tiempo a las empresas para adecuarse. Agricultura (162.7%), construcción (108,6%) y servicios (73,3%) son los sectores en los que más contratos indefinidos se han hecho. En la industria se quedaron el 57%. La ley prevé una serie de bonificaciones fiscales para la conversión de contratos temporales en fijos, en especial para mayores de 45 años. Un aldabonazo importante para parados de larga duración.

Del Sector Servicios y mayor de 45 años es José Miguel. El mes pasado le hicieron un contrato fijo después de tres años de temporales, y de saltar de una empresa a otra. Con un pasado muy duro, José Miguel consiguió su primer empleo a través de la fundación Integra. Es ya trabajador indefinido en una empresa especializada en limpieza y gestión de residuos de fábricas.

La palabra que le viene a la cabeza cuando le preguntamos sobre su primera reacción al ver el papel que le daba estabilidad laboral es “tranquilidad”. Nos cuenta que después de tanto tiempo dando tumbos personales y laborales casi no se lo creía , “me sonó hasta extraño, y me supuso una tranquilidad, una alegría… muchísimas cosas que llevaba tiempo queriendo sentir, después de tanto tiempo de incertidumbre y angustia al no saber que iba a pasar conmigo cuando se me acababa los contratos”.

La estabilidad que le supone se va a traducir en plantearse “cosas que antes no he podido hacer, y realmente lo necesitaba: ya tengo una estabilidad, no tengo que estar pensando búsqueda de empleo”, como formar una familia. A sus más de 50 años, ha recuperado una ilusión que solo, por desgracia, le puede dar la estabilidad laboral. Como él, más de medio millón de empleados han entrado en esa nueva modalidad.

De confianza y apoyo al crecimiento de la economía habla también la experta en Recursos Humanos Pilar Llacer como efecto de la conversión de contratos en indefinidos que “se ha acelerado, porque además de la reforma laboral, ha habido un repunte en los negocios, coincidiendo con los coletazos pandemia”, explica.

El 30 de marzo entra en vigor la reforma laboral en materia de contratación y por tanto “crecerán el número de indefinidos, pero el impacto de la guerra está haciendo tambalearse la economía. Muchos sectores quedarán impactados por la subida de los combustibles y lo peor de todo es la incertidumbre que paraliza el desarrollo de los negocio. Por esta razón, las compañías se replantearán la conversión de los contratos, por esa situación de incertidumbre: ahí entra en juego la capacidad de anticipación de las empresas”.

Pero insiste: “la estabilidad laboral favorece el consumo y por tanto el crecimiento de la economía, incluso animará a las mujeres a tener más hijos, que en nuestro país la natalidad va muy mal”.

La estabilidad, la confianza, es fundamental para los empleados, un contrato indefinido supone una reactivación del consumo, les beneficia, pero también da seguridad y puede incentivar a las mujeres a tener hijos, y al país a experimentar el necesario incremento de la natalidad”.

Incluso en tiempos duros de pandemia y guerra, los contratos indefinidos ofrecen esperanza a los empleados y son buenos para las empresas, explican los expertos, porque esa sensación de estabilidad anima al consumo, al compromiso social y reactivan el consumo, fundamental para el crecimiento económico.