Muchas incógnitas tras un año de la caída del Banco Popular
Los afectados esperan el documento de Deloitte que decidirá si Europa debe recompensarles
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Fueron 12 horas frenéticas. El Banco Popular llegó a la tarde del martes 6 de junio de 2017 sin liquidez. No tenía dinero ni para abrir al día siguiente sus sucursales, incapaces de frenar la sangría de depósitos por la crisis de confianza que atravesaba desde hace meses. Fue el detonante para que el BCE decidiera que una de las principales entidades financieras de España ya no era viable y que estrenaría con ella el mecanismo europeo para liquidar bancos. Al final, tras una subasta de urgencia, el Santander la adquirió por un simbólico euro. El 7 de junio, poco antes, de las 8 de la mañana la noticia era comunicada a los medios de comunicación. Las oficinas abrieron sus puertas con normalidad. Era el final de una historia centenaria, de un banco que pasó de ser más el más rentable a no valer nada. Su elevada exposición al ladrillo, el estallido de la crisis y una mala gestión se lo llevaron por delante.
Un año después todavía hay muchas incógnitas. Por ejemplo ¿fue un problema de liquidez o de solvencia?, ¿hubo información privilegiada?, ¿es cierto que la entidad arrastraba “errores contables” desde 2014 como ha alertado el ex presidente Manuel Saracho?, ¿por qué Deloitte sigue sin publicar el informe final en el que se apoyó la Junta Única de Resolución? Ese documento es clave para determinar si los 305.000 afectados deben de ser compensados. Los despachos de abogados aseguran que mientras no haya transparencia y se conozcan todos los detalles del agujero real, la legitimidad de la resolución será altamente cuestionada.
A la espera de que los altos tribunales sienten jurisprudencia, de momento son los juzgados de primera instancia los que ya han comenzado a dictar primeras sentencias de los pequeños inversores que acudieron a la última ampliación de capital del Popular. En la mayoría de los casos se les está dando la razón con el argumento de que la entidad acudió al mercado con unas cuentas que distaban mucho de ser las reales.
Desde luego el proceso va para largo. La caída del Popular dejó dudas y lecciones. Sin embargo doce meses después la UE todavía no ha reforzado el sistema de liquidez para procesos de resolución y eso es un problema si queremos una unión bancaria creíble.