La recuperación de las acciones de los bancos no basta para mantener al Ibex 35 en los 8.000 puntos

El índice Ibex 35 ha cerrado el martes en 7.979 puntos con una tímida pérdida del 0,12 por ciento

Bolsa, imagen de arvhivo

Fernando Mañueco

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A estas alturas queda bastante claro que los mercados, como los ciudadanos y las empresas, van a tener que convivir con un inflación muy elevada durante mucho tiempo. O, lo que es lo mismo, van a tener que lidiar con tipos de interés muy altos durante muchos meses. La ligera mejoría del IPC de agosto en España, del 10,8 al 10,4 por ciento, no cambia en nada esta previsión, entre otras cosas porque la inflación subyacente (sin contabilizar energía y alimentos no elaborados) ha alcanzado su nivel más alto de los últimos 30 años con un preocupante 6,4 por ciento.

Tampoco el IPC de Alemania ha tranquilizado los ánimos. La inflación anual se ha situado en aquél país en el 7,9 por ciento, que es un dato algo peor de lo que se esperaba. Mañana se publicará el IPC de la zona euro. Es una referencia vital para el próximo consejo del Banco Central Europeo, previsto para el 8 de septiembre. Se espera que suba el precio del dinero de entre medio punto y tres cuartos de punto.

Precisamente el horizonte marcado por tipos de interés más elevados ha animado hoy a las acciones de los bancos. Pero han flojeado las empresas energéticas, que están a la espera de las decisiones que tomen los países europeos la semana que viene para reorganizar el sistema de fijación de los precios de la electricidad. El índice Ibex 35 ha cerrado el martes en 7.979 puntos con una tímida pérdida del 0,12 por ciento. En los mejores momentos del día ha llegado a los 8.100 puntos.

La inflación continúa en aumento, mientras la actividad económica se debita. Es la temida estanflación. Hoy se ha conocido, además, que las ventas al por menor, se han contraído un 3,3 por ciento en España en el mes de julio, después de varios meses en crecimiento. Esta tarde los mercados han vuelto sus ojos hacia el índice de confianza de los consumidores en Estados Unidos. Ha sido algo mejor de lo que pronosticaban los analistas. El mismo dato se ha publicado también en la zona euro, donde la confianza de los consumidores ha empeorado ligeramente en agosto.

En este escenario, las grandes casas de análisis siguen recortando sus previsiones económicas para la eurozona ante la grave crisis energética que se avecina para este otoño invierno. El último informe de Morgan Stanley apunta a una recesión más profunda en el cuarto trimestre y una recuperación más lenta de la actividad a lo largo de 2023. Consideran que la debilidad de la actividad económica se extenderá durante 2023 y 2024, pero espera posteriormente una fuerte recuperación.

Los analistas el banco suizo UBS creen que la zona euro ya se encuentra en recesión. Estiman que el PIB europeo se contraerá en el tercer y el cuarto trimestre. Pronostican un caída del PIB de una décima entre julio y septiembre, y dos más en la recta final del año. Consideran que, además, se verá afectado el crecimiento a lo largo del próximo ejercicio. No esperan un aumento del PIB superior al 0,8 por ciento.

La situación puede ser peor si los precios del gas continúan al alza y se produce una escasez de esta materia prima. Sin embargo, el Banco Central Europeo, ha descartado la posibilidad de que la economía sufra una crisis como la que se produjo en 2008. El BCE no espera una recesión larga ni muy profunda.