"Es ruido, los problemas son otros": el aumento de las cotizaciones oculta la realidad de las pensiones
El ministro José Luis Escrivá anunció el pasado martes la posibilidad de subir medio punto las cotizaciones sociales para garantizar las pensiones de los 'baby boomers'
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Fue una de las noticias que nos llegó durante la noche de ayer: el Gobierno estudia la posibilidad de subir medio punto las cotizaciones sociales durante diez años y a partir de 2023, con el único objetivo de poder garantizar las pensiones de los 'baby boomers', es decir, la generación nacida desde finales de 1950 a mediados de 1970.
Tal y como pudo adelantar 'El País', la subida tendría un carácter finalista e iría destinada a nutrir el fondo de reserva de la Seguridad Social, que a día de hoy cuenta con apenas 2.000 millones de euros. Al parecer, la intención de Escrivá no es otra más que la de ir "en la línea de otros países europeos". No obstante, hemos querido tratar de desgranar las claves de esta subida y en qué se va a traducir, tanto para las empresas como para los trabajadores.
¿En qué consiste esta subida de cotizaciones?
La estrategia del Gobierno, como ya hemos venido contando, consiste básicamente en garantizar las pensiones de la generación de los 'baby boomers'. Para poder traducir esto hemos hablado con José Antonio Herce, socio director de LoRIS y economista especializado en pensiones, quien nos ha explicado que la subida del 0,5 por ciento la pagarán tanto la empresa como el trabajador "con arreglo a la distribución actual del 28,3 por ciento por contingencias comunes".
En otras palabras, durante los próximos diez años, se va a añadir ese 0,5 por ciento al 28,3 por ciento que ya está establecido, lo cual significa que durante diez años será del 28,8 por ciento. Pero, ¿por qué durante diez años? Básicamente es porque es "el período más dedicado de acumulación del gasto o de impulso al gasto como consecuencia de la jubilación masiva de los 'baby boomers". En otras palabras, se prevé que durante los próximos diez años, esta generación de trabajadores alcance la jubilación y es necesario aumentar las reservas de dinero destinado para estas pensiones.
No obstante, José Antonio Herce ha querido hablar también de las desviaciones de gasto "por si hay sorpresas respecto a lo que ya se prevé: que los 'baby boomers' van a representar un gasto adicional". En este sentido, si hubiera desviaciones porque el gasto es más grande de lo esperado, "ese 0,5 por ciento, que ya estará en la hucha, ayudará a financiarlo".
El economista, sin embargo, ha querido remarcar que esta pequeña subida de la cotización "no llegará a 2.000 millones de euros al año" y es posible que esas desviaciones "sean muy fuertes". En este sentido, ha apuntado que "hay que atender al problema de la cuenta corriente". Ha explicado, eso sí, que en el caso de que no tengan que darse estas desviaciones "se devolvería dentro de diez o doce años". En cualquier caso, el economista ha dejado claro que este anuncio "suscita muchas dudas".
¿Cuánto pagará la empresa y cuánto pagará el trabajador?
Es otra de las preguntas que nos ha suscitado el anuncio de José Luis Escrivá. "El grueso del 0,5 por ciento lo va a pagar el empleador. De ese 0,5 por ciento, el trabajador solo va a pagar el 0,8 por ciento y el 0,42 por ciento el empleador", ha explicado. En otras palabras, la mayor parte de esta subida correrá a cuenta de la empresa, que se sumaría así a lo que ya envía al 28,3 por ciento actual.
Por lo tanto, ¿podría afectar esto a las contrataciones? ¿Cómo van a notarlo las empresas? "En España hay más de tres millones de empresas y muchas son propiedad de pequeños empresarios, cuya vida se financia con el margen que les queda. No están para pagar cacahuetes", ha lamentado José Antonio Herce. Una subida que, a su juicio, no resuelve el problema y considera que con esto solo se va a molestar a las pequeñas empresas. De hecho, esto solo servirá para "aumentar los costes" y, a día de hoy, "no estamos como para aumentar los derechos de pensión, que ya son bastante generosos con respecto a lo que se cotiza".
"En la mente del ministro está la idea de que si hubiera desviaciones inesperadas respecto al gasto, que ya sabemos que se va a producir y que nos causa todo el estrés de sostenibilidad que tenemos, ese 0,5 por ciento lo mismo ayudaba a resolver una parte de esas desviaciones", ha señalado el economista, aunque ha lamentado que los empresarios "están molestos" porque hay otras cosas que resolver "en el diálogo social y no este tipo de asuntos". En última instancia, ha querido remarcar que lo más posible es que se haga "con buena intención", pero a la larga no termina siendo más que ruido "porque los problemas son otros".