La subida del petróleo y las peores previsiones económicas doblegan de nuevo a la Bolsa
Después de dos días con una fuerte recuperación en la Bolsa, hoy toca hacer una pausa.
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Poco dura la alegría en la casa del pobre. En la Bolsa la reacción alcista ha durado tan solo un par de sesiones. El índice Ibex 35 sale del miércoles en 7.579 puntos con una pérdida del 1,52 por ciento. En las dos jornadas anteriores había acumulado una ganancia del 4,5 por ciento. Hoy los inversores han hecho caja a toda prisa en todos los grandes valores, excepto en Repsol, que ha subido ya que se beneficia por el repunte en el precio del petróleo.
El "oro negro" ha reaccionado con una subida de un 2 por ciento, hasta 93,5 dólares por barril, tras la decisión de la OPEP y sus socios de reducir su producción en dos millones de barriles por día a partir de noviembre. La primera derivada es que el precio de los carburantes ha dejado de bajar en las estaciones de servicio. Hoy el precio medio de la gasolina repunta hasta 1,70 euros por litro. El gasóleo se paga a 1,82. A estas cifras hay que restar la bonificación de 20 céntimos. Los analistas temen una progresiva subida en el precio de los carburantes en las próximas semanas e incluso meses si no se produce una mayor caída de la demanda.
Los mercados, tras la enfebrecida y pasajera la reacción alcista de los últimos días, han vuelto a preocuparse por la inflación, por las subidas de tipos de interés y por el menor crecimiento económico. A esos condicionantes negativos se suma que los beneficios empresariales, seguramente, se irán deteriorando de forma progresiva en los próximos trimestres. La semana venidera comenzará una nueva temporada de presentación de resultados en Estados Unidos e inmediatamente después en Europa.
Además, y como trasfondo que todo lo complica, los inversores sufren por los movimientos de Rusia, que siguen generando un incómodo mar de fondo en los mercados. El anuncio de anexión de cuatro regiones de Ucrania y la movilización de armas nucleares rusas han sido las gotas que ha colmado el vaso.
Para completar un gris panorama financiero y económico, las previsiones no son buenas. El Banco de España ha rebajado su estimación de crecimiento del PIB para el próximo año hasta el 1,4 por ciento. Cree que hasta 2024 la actividad económica no recuperará los niveles que tenía antes de la pandemia. Por su parte, el servicio de análisis de BBVA Research ha anunciado que rebajará su previsión de crecimiento de la economía española en 2023 a “algo más de un punto” frente al 1,8 por ciento que estimaban anteriormente.
La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal espera un crecimiento económico el año que viene del 1,5 por ciento, frente al 2,1 que maneja el gobierno en su borrador de Presupuestos del Estado. La Airef alude a los riesgos derivados de las tensiones geopolíticas, la crisis energética y la menor confianza de los hogares y familias españolas. la ONU ha advertido de que el mundo está al borde de una recesión que puede ser más grave que la crisis financiera de 2008 y que la del Covid de 2020. Mientras tanto, los analistas de Inversis han rebajado sus previsiones de crecimiento de la economía global como consecuencia de la guerra en Ucrania, del enfriamiento de China, por el aumento de la inflación y por las subidas de tipos de interés.
La balanza comercial de Estados Unidos ha mostrado un déficit en septiembre de 67.400 millones de dólares. Es una cifra que se ajusta a las previsiones de los analistas. Ha sorprendido desfavorablemente el superávit comercial de Alemania, que se ha reducido de forma notable en agosto. Se ha quedado en 1.200 millones de euros, frente a los 3.400 del mes anterior. Los analistas esperaban una cifra notablemente superior, de hasta 4.000 millones.