La vesania de Rusia en Ucrania hacer caer a la Bolsa un 9 por ciento en esta semana
El índice Ibex 35 queda hasta el lunes en 7.720 puntos después de perder un 3,63 por ciento
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La tensión geopolítica ha escalado otro peldaño tras el ataque de Rusia a una gran central nuclear ucraniana. No se ha producido una hecatombe radiactiva, pero no ha faltado mucho. La furiosa demencia de Moscú alcanza ya niveles difícilmente imaginables. El pesimismo se extiende por los mercados y el desánimo se profundiza todavía más. Crece exponencialmente la amenaza de un severo enfriamiento de la actividad económica mundial. Algunos analistas comienzan a barajar ya la posibilidad de una estanflación en Europa y, en menor medida, en EEUU. Es una situación marcada por una inflación elevada y a la vez por un escaso crecimiento de la economía. Los analistas estiman que por cada diez dólares que sube el petróleo la inflación aumenta medio punto. A ello hay que sumar el efecto del encarecimiento del gas y otras materias primas. Pronto pueden verse tasas de inflación de dos dígitos.
Hoy las Bolsas europeas han evolucionado de mal en peor. El índice Ibex 35 queda hasta el lunes en 7.720 puntos después de perder un 3,63 por ciento. Llueve sobre mojado, porque ayer se desplomó también cerca de 4 por ciento. La Bolsa ha retrocedido todo un 9 por ciento en esta semana y acumula una caída del 11 por ciento en lo que va de año. Una docena de valores del Ibex ha perdido hoy más de un 5 por ciento. A saber, Sabadell, Amadeus, Arcelor, Meliá, Indra, PharmaMar, Acerinox, Merlín, IAG, BBVA, Telefónica, Bankinter, Caixabank y Santander.
El petróleo llegó a rozar ayer los 120 dólares. Sin embargo, en esa zona se dio la vuelta y ahí parece haber establecido un primer techo. Al menos por el momento y con permiso de las noticias que lleguen desde Ucrania. El barril de crudo del Mar del Norte se paga esta tarde a 114. La Agencia Internacional de la Energía va a poner en el mercado 60 millones de barriles de crudo de sus reservas estratégicas. Además la AIE prepara un plan para reducir drásticamente la dependencia de Europa del crudo y el gas ruso. También Japón y España han anunciado que van a poner parte de sus reservas en el mercado. Pero lo que más ha influido en los precios es que están a punto de levantarse las sanciones que Estados Unidos le impuso a Irán. Este país puede poner en el mercado un millón de barriles diarios, lo que ha reducido la tensión. Al menos en parte. Se reduce suavemente la presión sobre el precio del oro negro y, de rebote, sobre los carburantes.
Las noticias que llegan desde Ucrania marcan a fuego la evolución de los mercados. Pero hoy los inversores han tenido que prestar atención también a las cifras de paro de Estados Unidos. La tasa se ha reducido dos décimas, hasta el 3,8 por ciento. La tasa más baja desde el comienzo de la pandemia de coronavirus. La economía estadounidense creó en febrero 68.000 empleos no agrícolas, que son muchos más de los que esperaban los inversores.
En los demás mercados, suben el oro y el dólar, que sirven como refugio para los inversores. El metal amarillo sube hasta 1.960 dólares por onza, frente a los 1.800 de finales de diciembre. La divisa de Estados unidos se encarece ante la llegada de dinero internacional en busca de un puerto de atraque relativamente seguro en estos tiempos aciagos. El euro pierde la cota de 1,10 dólares y alcanza su nivel más bajo de los últimos dos años. Antes de la invasión de Ucrania, -hace poco más de una semana-, el euro se negociaba por encima de 1,13 dólares. La fortaleza del “billete verde” es importante porque el petróleo se paga en dólares.
También el mercado de deuda pública sirve de refugio, sobre todo los bonos alemanes y los de Estados Unidos. Suben los precios de estos activos y baja su rentabilidad. El rendimiento del bono de EEUU a diez años baja hasta el 1,70 por ciento. El “bund” alemán ofrece un rendimiento negativo del 0,10 por ciento. Las obligaciones españolas al mismo plazo rinden un 0,96 por ciento.