El 10% de la población vive en zonas inundables

Mejorar la información y la formación entre los retos pendientes

Carmen Labayen

Publicado el - Actualizado

4 min lectura

      
      
             
      

Cerca de 5 millones de personas en España residen en zonas con alto riesgo de inundación. Equivale al 10 por ciento de la población, según datos del ministerio de Transición Ecológica. Ante el mayor riesgo de DANAS tanto en frecuencia como en intensidad por los efectos del cambio climático, los principales retos son mejorar la ordenación del territorio y la información y formación de la población.

Un millón de casas en España están en zonas inundables. Ocurre en las cuencas del Ebro, el Duero y el Guadalquivir y también en el Mediterráneo. Son viviendas especialmente propensas a sufrir las consecuencias del desbordamiento en caso de lluvias torrenciales y de fenómenos meteorológicos e hidrológicos adversos como el del fatídico 29 de octubre.

El Sistema Nacional de Cartografía de Zonas Inundables tiene registradas esas áreas vulnerables pero parte de los propietarios desconocen estar viviendo en un lugar de especial riesgo. Algunas son objeto de planes de gestión con medidas específicas que van desde la mejora de las infraestructuras hasta la sensibilización de la ciudadanía.

“Se podría ser más restrictivo a la hora de permitir que se construya en esas zonas de riesgo. También se puede trabajar en mejorar el diseño arquitectónico de esas viviendas y las personas que viven allí sean conscientes del peligro y tengan esa información” explica en COPE el profesor medicina de urgencias de la Universidad de Oviedo, Rafael Castro.

Además de mejorar la coordinación técnico-política en situaciones como la DANA que acabamos de sufrir, para este experto en medicina de urgencias y emergencias y coordinador del grupo de investigación en asistencia, prehospitalaria y desastres del Instituto de investigación sanitaria del Principado de Asturias, los principales retos tienen que ver con “la ordenación del territorio y por otro la información y la formación a la población además de reducir el impacto del cambio climático cuyo abordaje es tan necesario como complejo”.

Primar la seguridad sobre la economía en el uso del suelo

“Existe todo un campo de conocimiento que se dedica al tema del urbanismo, la ordenación del territorio y los desastres y por lo tanto hay conocimiento científico sobre cómo debe ser esta planificación urbanística. También hay conocimiento sobre los riesgos que existen en cada zona geográfica en nuestro país y se sabe cómo transmitir esa información a la población. Quizás lo que falta es dar el paso de transmitir qué medidas adoptar ante los riesgos”, subraya Castro.

      
             
      

Desde Greenpeace recuerdan que la planificación urbana debe contar con estrategias y planes de prevención y de gestión de riesgos adaptados a la emergencia climática: “Hasta el momento los municipios no están adaptados a los eventos meteorológicos extremos. Es imprescindible tener en cuenta toda la normativa sobre las zonas inundables y la importancia de conservar las características naturales de los cauces de riberas y ríos”.

Denuncian desde esta organización ecologista que “durante décadas se ha invadido el dominio público hidráulico con viviendas, infraestructuras y todo tipo de equipamientos. Todas las viviendas situadas en zonas inundables debe ser alertadas de forma inmediata ante el riesgo de inundaciones. Además de irse eliminando progresivamente las construcciones en zonas inundables y de no permitir nuevas construcciones en estos espacios”.

Según explica en COPE el investigador del CSIC en el Centro de Edafología y Biología Apliacada del Segura Victor Castillo, el uso urbanístico de los suelos que se ha hecho ha favorecido, en efecto, los desbordamientos: “al reducir la capacidad de evacuación del cauce por medio de estrechamientos o de ocupaciones de los cauces y también por la construcción de casas en zonas inundables”.

      
             
      

En el caso de los ríos que ya están canalizados consideran que deben tener espacios de alivio aguas arriba, a muchos kilómetros de las poblaciones que pueden inundarse y que disminuyan al mismo tiempo la fuerza de las aguas.

Formar a la población clave ante el aumento de DANAS en el futuro

Que la ciudadanía tenga información sobre los riesgos y sepa como actuar en situaciones de emergencia es clave si tenemos en cuenta que el cambio climático ha duplicado la probabilidad DANA y aumentado un 12 por ciento su intensidad, según un estudio preliminar de la organización World Weather Attribution  en la que participan meteorólogos y expertos en hidrología de todo el mundo.

“Hace falta incorporar en la educación este tipo de conocimiento de qué significa una alerta, qué riesgos hay, qué medidas de autoprotección tomar” subraya Castillo. Para Castro, “se trata de mejorar nuestra cultura en prevención de riesgos y esto es algo que lleva mucho tiempo”.

      

A más corto plazo, y según este experto, “como población lo que nos interesa es saber qué tenemos que hacer ante cada tipo de alerta y no cómo se llega a esa alerta, es decir, si estamos en alerta naranja tiene que haber unas acciones que tengo que realizar y si estamos en alerta roja van a ser otras”.