Luz verde al euro digital: todo lo que debes saber
Sería un medio de pago electrónico gratuito y unificado para toda la zona euro. Su funcionamiento se asemejaría al del dinero en efectivo, pero en formato virtual
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El Banco Central Europeo (BCE) pisa el acelerador para alumbrar cuanto antes el llamado 'euro digital', por el que si todo marcha según lo previsto antes de lo que pensamos estaremos manejando nuestro dinero en carteras virtuales. Sin embargo hay mucho desconocimiento sobre de qué estamos hablando realmente.
Se trata de una moneda virtual que busca modernizar los pagos en la Unión Europea, un proyecto que lleva años en estudio, pero al que se le ha dado luz verde recientemente, sobre todo por razones estratégicas y geopolíticas. Pero, ¿qué supone realmente para ciudadanos, empresas y bancos?
¿Cómo funcionará el euro digital?
El euro digital sería un medio de pago electrónico gratuito y unificado para toda la zona euro. Su funcionamiento se asemejaría al del dinero en efectivo, pero en formato virtual. En lugar de llevar billetes y monedas en el bolsillo, los usuarios contarían con un monedero digital accesible desde el móvil o mediante una tarjeta recargable, como podría ser la tarjeta de transporte.
El profesor de OBS Business School y fundador de ProjectWorkLab, Marc Bara, explica que este sistema permitiría realizar pagos y transferencias sin necesidad de intermediarios, como bancos o proveedores de tarjetas, lo que eliminaría comisiones para consumidores y negocios.
Un desafío para la banca tradicional
Si los usuarios pueden gestionar su dinero directamente con el BCE sin pagar comisiones, ¿qué papel jugarán los bancos? Este es uno de los principales puntos de fricción del proyecto, ya que podría reducir el número de clientes, depósitos y la capacidad de las entidades para ofrecer créditos.
"Si los ciudadanos pueden tener dinero directamente en una cuenta del Banco Central, sin comisiones, podrían preguntarse para qué seguir utilizando bancos tradicionales o tarjetas de crédito", indica Bara. Para evitar esa pérdida de negocio para los bancos, el BCE se estaría planteando un límite para los monederos virtuales: “Se habla de 3.000 euros digitales por persona”.
Sin embargo, el BCE insiste en que el euro digital no pretende reemplazar a la banca sino complementar el sistema financiero actual. Y es que nuestro monedero virtual sería el equivalente a la cartera que llevamos en el bolso y ahí no llevamos metidos los ahorros.
Geopolítica y criptomonedas: las razones detrás del impulso
El relanzamiento del euro digital en un contexto de tensiones comerciales y financieras no es casualidad. Una de las razones que esgrime el BCE es la dependencia del sistema de pagos europeo de dos gigantes estadounidenses: Visa y Mastercard. La presidenta del organismo, Christine Lagarde, ha hablado de un “duopolio” que podría volverse problemático en caso de conflictos económicos entre bloques.
Además, la aceleración del proyecto coincide con la decisión de Estados Unidos de crear una reserva estratégica de criptomonedas. En este sentido, las monedas digitales de los bancos centrales (CBDC) buscan evitar la expansión de las criptodivisas privadas en las operaciones cotidianas.
Privacidad y control: el gran dilema
A diferencia de Bitcoin y otras criptomonedas, cuyo valor fluctúa constantemente, el euro digital mantendría su estabilidad al estar respaldado por el BCE. Sin embargo, su adopción plantea una cuestión clave: la privacidad. "Con el efectivo las transacciones son anónimas, pero con el euro digital existiría un registro en cadena de bloques, un registro de todo lo que compramos", señala Bara. “Aunque el BCE ha asegurado que trabajará para garantizar un alto nivel de privacidad, este sigue siendo un tema que preocupa a los que más saben de esto y provoca muchas reticencias”, agrega Bara.
Próximos pasos
El BCE espera concluir la fase de preparación del euro digital a finales de este año, aunque su implantación definitiva aún tardará en materializarse. Mientras tanto, el debate sigue abierto: ¿será esta moneda digital un avance necesario para la economía europea o una amenaza para la banca y la privacidad de los ciudadanos?