Aquello que llaman la España Vaciada: “El regreso al pueblo”

Son muchas las regiones españolas que han sufrido una huida masiva de personas que migran a las ciudades

Fermín Albaladejo, Presidente de CEAJE

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

4 min lectura

¿Mito o realidad? ¿Existe la España Vaciada? Y lanzo esta pregunta por una simple razón, y es que la sociedad comienza ahora a ser consciente de que está ocurriendo algo. En las zonas rurales se están produciendo movimientos que preocupan a nivel nacional. La respuesta a mi pregunta es sí, como no podía ser de otra forma. La despoblación de las zonas rurales en España es una realidad. Es el hoy, y si las cosas no cambian… será también el mañana.

Son muchas las regiones españolas que han sufrido una huida masiva de personas, que migran a las ciudades buscando algo que debería ser obvio: acceso al transporte, la sanidad, la educación, la digitalización y el ocio. Los pueblos se han visto afectados por esta huida debido a las escasas ventajas y oportunidades que se les ofrece a los jóvenes. Los datos hablan por sí solos. En los últimos diez años, estos pueblos han sufrido una despoblación del 13,03% de media, lo que se traduce en casi 1.000 habitantes menos en este período de media por población.

Y aquí llega la mayor preocupación. Según el INE, los menores de 35 años representan el 83,47% de los habitantes que han abandonado las poblaciones. Una cifra que resulta, como poco, escalofriante. Hablamos de que el motor de la economía española, del tejido empresarial, del futuro… huye de los pueblos. La propia solución al problema de la despoblación en España parece desvanecerse a falta de recursos.

Hace unos días, durante la Asamblea General de CEAJE, me atreví a lanzar dos preguntas: ¿y si convertimos la problemática de la España vaciada en una oportunidad para los jóvenes? ¿Y si utilizamos esas zonas rurales como focos de atracción para la creación de nuevos negocios? Y podía parecer posible, sobre todo viendo que son muchos los que comienzan a plantearse el “regreso al pueblo”, movidos por la pandemia. Pero… ¿será un regreso real? ¿O las bajas oportunidades que ofrecen las zonas rurales volverán a expulsar a los jóvenes de estas zonas?

Está claro que el cambio es necesario, pero no podemos permitirnos que sea un cambio momentáneo. ¿No dicen que aquel que olvida su historia está condenado a repetirla? Pues no repitamos este error. No dejemos a los jóvenes sin recursos, no les obliguemos a marcharse de las zonas rurales provocando esa ahora tan famosa España vaciada.

Dentro de los numerosos cambios que son necesarios, no podemos olvidar la digitalización. Es impensable que en pleno 2021 todavía haya jóvenes que se peleen por algo de internet. Y lo vimos muy claramente durante la pandemia. Estudiantes que lanzaban sus quejas al aire, esperando que fuesen escuchadas. Estudiantes que no podían presentarse a los exámenes de la universidad porque no tenían internet en el pueblo en el que vivían y por lo tanto, no podían conectarse de forma telemática. Algo tan sencillo como presentarse a un examen se volvió imposible.

La pandemia nos ha enseñado, nos ha servido para comprender todo aquello que estábamos haciendo mal. En nuestro país hay 3.403 municipios en riesgo de despoblación, nada más y nada menos que el 42% de los municipios de España. ¿Todavía?

Pero parece que no todo son malas noticias y que la España rural ha conseguido un hito impensable hace unos años, reuniendo a la mayoría de las fuerzas políticas e instituciones en un foro para discutir el problema de la despoblación. El que es ya uno de los grandes retos a los que se enfrenta el país ha logrado introducirse en la agenda política tras la IV Feria Nacional para la Repoblación de la España Rural, Presura’20, cumbre organizada por el colectivo El Hueco.

Siendo conscientes del retroceso de las zonas afectadas por la despoblación, CEAJE pretende adaptar las comarcas y las actividades propias de cada zona a los nuevos tiempos, entendiendo que no tiene sentido tratar de poner en valor un sinfín de calificativos de una zona que no existen, y sabiendo dónde tenemos que focalizar nuestros esfuerzos para buscar una solución concreta, basada en los factores positivos de cada población.

¿Cómo no destacar el poder de los jóvenes empresarios en un momento como este? Si sabemos que son ellos los que tienen la fuerza para cambiar la situación actual, resulta impensable no llevar a cabo estrategias de captación de estos jóvenes empresarios y emprendedores que se atrevan a lanzar sus negocios en estas zonas rurales. Y para ello es necesario ofrecer medios y ayudas como alquileres más bajos, cesión de viviendas deshabitadas, zonas de coworking y cómo no, mejoras de conectividad. Si tan solo el 20% de hogares rurales tienen una buena cobertura, ¿cómo lo van a tener las empresas?

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