“Lo que seamos capaces de hacer en estos próximos meses, marcará la próxima década"
El emprendimiento va de orgullo, de reconocimiento, va de actitud, va de competencias, de hacer y no de nacer, va de currículo educativo y cultura, de vencer los miedos
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Toda crisis trae oportunidades. La actual ha dejado patente la capacidad de adaptación de los jóvenes empresarios y de nuestras empresas. Ser pez pequeño ayuda, en términos generales, a navegar en mares revueltos lo que nos ha permitido sortear mejor la difícil coyuntura económica. A pesar de ello, algunos sectores han sufrido especialmente. No podemos olvidarnos de ellos y debemos ayudarlos en un intento por preservar lo creado cueste lo que cueste.
El optimismo forma parte del ADN de cualquier empresario por lo que celebramos las grandes cifras económicas publicadas estos últimos días, pero invitamos a la cautela. Un avance del 19.8% en el segundo trimestre del año con respecto al mismo periodo del ejercicio no puede hacernos olvidar el contexto en el que se produce. El PIB ha bajado un 6,8% respecto a la 'era prepandémica', el paro es elevado a pesar del descenso estacional y la inflación amenaza el consumo, convirtiéndose en una amenaza para la competitividad empresarial.
A todo ello se suma la incertidumbre sobre la llegada, o no, de los fondos europeos a las pymes – sería un auténtico fracaso que pasaran de largo-, el efecto de la previsible subida del salario mínimo profesional o la posibilidad de una reforma laboral. Frente a la ausencia de certezas, estoy convencido de que aquello que hagamos estos próximos meses marcará el devenir de la próxima década.
Evitemos triunfalismos. Aprovechemos el momento para emprender los necesarios cambios para la recuperación, pero también para apuntalar la economía de forma sólida y con una visión de medio plazo.
Nos preocupa el desempleo juvenil. En este marco de reformas, damos la bienvenida al anteproyecto de Ley CREA Y CRECE, que ambiciona ser un revulsivo a la creación de empresas en nuestro país. Sin embargo, se queda a medio camino. Ambicionamos cambios de mayor calado. Hemos perdido la oportunidad de profundizar sobre la tarifa plana de 50€ a los nuevos autónomos, de generalizar la financiación sin garantías personales, de generar un contexto de segunda oportunidad adecuado que normalice el fracaso como parte del camino y permita volver a intentarlo sin persecuciones sociales, judiciales y económicas.
Pongamos, de una vez por todas, el foco en el sistema educativo. Ahora somos nosotros quienes pedimos a la administración que sean innovadores, educando por competencias y con perspectivas de empleabilidad. Las empresas, hoy más que nunca, se alimentan del TALENTO. Prestigiar la FP, promover un acercamiento entre empresas e instituciones educativas y orientar hacia al empleo a los trabajadores del futuro desde edades tempranas son solo algunas de las medidas que ponemos sobre la mesa.
La fiscalidad, qué duda cabe, supone un lastre. Queremos pagar impuestos y contribuir al bienestar y la sostenibilidad, pero no podemos enfrentarnos a un marco impositivo confiscatorio
porque desincentiva la iniciativa del individuo y coarta el ascensor social que debería proteger cualquier sistema democrático. SÍ a la armonización fiscal, pero a la madrileña; es decir, a la baja.
El 'efecto imán' que genera esta comunidad central en la atracción de empresas y habitantes no nos hace ningún bien como país. La despoblación del mundo rural ya no se dirige hacia las capitales regionales -eso ya pasó, desgraciadamente-. Los jóvenes parten directamente hacia Madrid y sin ellos no hay futuro. Las provincias se quedan vacías en un preocupante fenómeno que debería ser abordado en una mesa de trabajo a nivel nacional.
Asturias necesita jóvenes que apuesten por su región, necesita emprendimiento y futuro. Esto va de orgullo, de reconocimiento, de actitud, de competencias, de hacer y no de nacer; de currículo educativo y cultura, de vencer los miedos, del pasado, pero, sobre todo, de futuro, el que tenemos por delante si queremos hacer de éste un lugar de oportunidades, competitivo, generador de riqueza, empleo, bienestar y sostenibilidad.
Es tarea de todos: políticos, agentes sociales, medios de comunicación, Universidad, sociedad… Los grandes logros de un pueblo dependen de muchas manos, corazones y cabezas. Desde Asturias, cuna de España, nos emplazamos a conseguir el país emprendedor que merecemos.