El futuro: crianza sostenible y de calidad para las carnes de autor

Tribuna de opinión, Alfonso Cobaleda, destacado productor de carne de vacuno y propietario de la finca El Campete, proveedor de McDonald’s

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Imagen genérica de vacas

Redacción digital

Madrid - Publicado el

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En los últimos años, la demanda de prácticas más sostenibles en la producción de carne ha transformado significativamente el sector ganadero. Estas exigencias de sostenibilidad en la crianza de los animales conllevan mayores costes tanto en su cría como en su ceba y, consecuentemente, aumentan el precio de la carne. Se busca ofrecer una mayor calidad y una trazabilidad completa sobre dónde y cómo han sido criados los animales. En la actualidad, este tipo de productos podría denominarse como "Carnes de Autor".

Debemos tener en cuenta que el precio de las canales ha subido en los últimos tres años más de un 40%. Es cierto que esto se debe a la subida de los costes de crianza y ceba, pero debemos adaptarnos a lo que solicitan los clientes. Aún si el precio sube, debe existir una justificación para ello, lo que implica ofrecer mayor calidad, trazabilidad, un etiquetado real y sostenible, manteniéndose siempre competitivos en precio.

Nosotros contamos con un pliego de condiciones de calidad auditada por Certicar para nuestras marcas propias, como Carsierra o Wagyu Ibérico. Producimos carnes sin antibióticos para grandes superficies y estamos auditados por McDonald's, donde somos Granja Insignia. Esto refleja nuestra filosofía de trabajo, reconociendo nuestra labor por la sostenibilidad en nuestra empresa ganadera.

Alfonso Cobaleda, destacado productor de carne de vacuno y propietario de la finca El Campete, proveedor de McDonald’s

McDonald's está apostando fuerte por el apoyo al campo, a través de su Libro Blanco, que ofrece una guía para la gestión sostenible de la producción de los productos que utilizan en sus hamburguesas, y también mediante los Premios Big Good, que celebran su primera edición este año. Estos premios impulsan la innovación en el campo español, reconociendo proyectos que hacen más sostenible al sector agrario. Si las empresas reconocen y premian nuestro trabajo, además de que los consumidores valoren este esfuerzo, tendremos un futuro en el campo.

Se dice que la mujer del César no solo debe ser honrada, sino también parecerlo. Por eso intentamos ser lo más transparentes posible, utilizando nuevas tecnologías como el collar de geolocalización con chip electrónico de Innogando. Este dispositivo nos permite localizar a los animales casi en tiempo real y controlar su estado físico. Este proyecto tecnológico nos aporta valor añadido, mejora la calidad de trabajo de los empleados y ofrece trazabilidad y control de nuestros animales, registrando datos sobre su pastoreo, descanso o juego. Además, los dispositivos se recargan con energía solar, lo que optimiza nuestros recursos tanto humanos como logísticos.

Después de todo lo anterior, que muestra cómo lo hacemos, debemos seguir adelante. Llevamos a cabo una crianza tradicional, apoyada por nuevas tecnologías. Aunque hacemos carnes y no genética, necesitamos la mejor genética para producir buenas carnes. Utilizamos sementales como Limosín, Hereford, Angus, Morucha, entre otras razas, buscando siempre lo mejor de cada una para conseguir carnes de mayor calidad al mejor precio posible. El cruce de razas nos permite aprovechar el vigor híbrido, buscando la mejor calidad genética para la carne y una cría adecuada a su entorno de manera sostenible.

En nuestra dehesa extremeña, utilizamos un pastoreo sostenible para alimentar a las madres sin suplementar con piensos o concentrados. Llevamos más de 10 años siendo autosuficientes en la alimentación de las madres, y para la ceba hacemos más de un tercio con silo propio. Esto mejora la calidad de las carnes y permite un ahorro en los costes de alimentación, buscando siempre la economía circular y evitando la sobreexplotación del terreno.

Creo que es fundamental adaptar la cría de los animales a nuestras explotaciones y no al revés, para no forzar ni sobreexplotar las tierras ni comprometer la economía de la empresa. Es necesario entender tanto las tierras como las necesidades de nuestros clientes, creando así un plan económico viable a 10 años.

Pienso que el campo tiene más futuro que nunca, pero es importante tomarse un momento para plantearlo bien. Todo pasa por ofrecer productos de calidad a costes razonables y asegurarnos de que se pague un precio justo por ellos, ya que, como cualquier otra empresa, debemos obtener un margen de beneficio. De lo contrario, lo mejor sería cerrar.