El Bitcoin, entre los cisnes negros y el veneno para ratas
La última caída de las criptomonedas ha hecho desaparecer cerca de 1,3 billones de dólares del mercado
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La enorme volatilidad de las principales criptomonedas se ha convertido en un auténtico quebradero de cabeza para los inversores que gustan transitar por estos complicados vericuetos de los mercados. El Bitcoin ha llegado a negociarse hace pocas horas a menos de 30.000 dólares. Desde enero no se movía por debajo de ese nivel. En menos de dos semanas ha caído un 40 por ciento. En esa zona ha reaccionado. Hoy roza los 33.000. Hace un par de meses cotizaba jujsto al doble, rozaba los 65.000 dólares.
La última caída de las criptomonedas ha hecho desaparecer cerca de 1,3 billones de dólares del mercado, según los datos que maneja Market Watch. Lo que han perdido de valor las principales criptomonedas en las últimas semanas equivale con holgura a todo lo que capitalizan las 35 empresas del Ibex 35. Es un dato. El valor de las criptomonedas existentes ha pasado en dos meses de 2,5 billones de dólares a la mitad.
Hoy todo el mundo habla de un informe elaborado por el investigador libanés Nassim Taleb, el autor del conocido libro sobre los llamados “cisnes negros” en los mercados financieros (“El cisne negro, el impacto de lo altamente improbable”) es decir aquellos acontecimientos inesperados e impredecibles que generan graves consecuencias a escala mundial. Por ejemplo, los atentados del 11-S de 2001 o la actual pandemia de coronavirus. Taleb señala que las criptomonedas realmente no valen nada y que tampoco tiene utilidad real la tecnología blockchain en la que se basan. Considera que el Bitcoin es una burbuja, ya que no es una auténtica moneda, no tiene valor ni a corto ni a largo plazo, no ofrece cobertura fiable contra la inflación y no es un refugio seguro.
Pero no es solo Tareb el que ha encendido las luces de alarma. Un tercio de los grandes inversores considera que el Bitcoin es veneno para ratas según los resultados de una encuesta realizada por el banco de negocios JP Morgan. Un 16 por ciento de los encuestados calificó a esta criptomoneda como una moda temporal. Casi todos los inversores esperan una regulación más estricta y casi todos consideran que el fraude es muy habitual en el mundo de las criptodivisas. JP Morgan realizó esta encuesta en su XXIV conferencia sobre macro y derivados que tuvo lugar el 11 de junio.
Las autoridades chinas y también las de Estados Unidos van a endurecer la normativa que regula este tipo de criptoactivos. De momento, China ha tomado medidas contra la minería de las criptodivisas al tiempo que ha prohibido las operaciones financieras con bitcoins. Los expertos que aseguran que los criptoactivos todavía están muy lejos de convertirse en una forma eficiente de pago debido a su volatilidad y a su alto grado de especulación. La Reserva considera que generan más riesgos que ventajas para los usuarios y para el sistema financiero en general.
El propio presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, ha asegurado que las criptodivisas no son una alternativa válida al dólar, por su carácter especulativo y por su volatilidad. Cree que no son útiles como medio de pago. La secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, y la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, han advertido también sobre el posible uso de las criptomonedas para transacciones ilícitas, como lavado de dinero o financiación de actividades terroristas. El BCE apuesta por una regulación global para las criptodivisas, así como por actuaciones coordinadas en todo el mundo para evitar que estos activos se utilicen para fines ilegales. No hay que descartar que los gobiernos de los grandes paises comiencen a tomar medidas para controlar al máximo el uso de estas monedas.
Los expertos recuerdan que en 2017 también se produjo una efervescente subida vertical del Bitcoin, a la que siguió una caída a plomo con la misma velocidad. El riesgo de colapso en esta criptomoneda existe. De hecho, advierten sobre el peligro de una corrección todavía más pronunciada. Como curiosidad, cabe mencionar que El Salvador será el primer país del mundo en aceptar el Bitcoin como moneda de curso legal. El joven presidente del país, Nyib Bukele, confía en que esta criptomoneda ayude a miles de personas que se encuentran fuera de los canales de la economía formal y que ayude a la propia actividad económica. En El Salvador, un 70 por ciento de la población no tiene una cuenta bancaria.
Paralelamente, el famoso economista Nouriel Roubini ha advertido sobre la burbuja que se está produciendo en las criptomonedas. Recuerda que hace un par de años pudo verse al Bitcoin pasar con rapidez de mil a 20.000 dólares, para luego caer a 3.000. Roubini, ha señalado, además de otras consideraciones, que el 99 por ciento del comercio de bitcoins se produce en intercambios centralizados que pueden ser pirateados.
Dentro de casa, la Comisión Nacional del Mercado de Valores y el Banco de España también han advertido sobre los riesgos que entraña la inversión en criptodivisas. Señalan la complejidad, la volatilidad y la falta de transparencia de este tipo de inversiones y recuerdan que no cuentan con las mismas garantías que otros productos financieros. Ambos organismos recuerdan que ni el Fondo de de Garantía de Depósitos, ni el Fondo de Garantía de Inversiones cubren los riesgos con las criptomonedas. Por tanto, no son adecuadas para inversores minoristas.
Las grandes gestoras españolas de fondos de inversión no tomarán posiciones en criptodivisas, a pesar de que la Comisión Nacional del Mercado de Valores ha abierto al puerta a que puedan hacerlo. Las gestoras de los grandes bancos consideran que los criptoactivos se encuentran todavía en fase muy temprana de su desarrollo y todavía hay mucha incertidumbre. Además, el ministerio de Economía español ha lanzado no hace mucho una advertencia sobre los riesgos de invertir en criptodivisas debido a la ausencia de regulación y a la falta de garantías. La normativa actual no considera al Bitcoin ni un instrumento financiero, ni un medio de pago, ni encaja bien en ninguna categoría existente de productos o servicios financieros. Las criptomonedas, -por su gran volatilidad y por la ausencia de un emisor reconocible-, pueden provocar cuantiosas pérdidas a los inversores no profesionales.