La Bolsa cierra en rojo una sesión de quiero y no puedo, con los bancos como rémoras del mercado

Cerca de un 1,5 por ciento subía la Bolsa esta mañana. Ha llegado a tocar los 8.700 puntos en los mejores momentos de la sesión. Pero ahí se ha dado la vuelta y ha evolucionado claramente a peor. El mercado ha dibujado una voltereta muy llamativa. El índice Ibex 35 termina el día en 8.439 puntos, con una pérdida del 1,58 por ciento. Los bancos se han batido en retirada en bloque, empezando por el Santander, que ha caído cerca de un 7 por ciento y ha perdido los 3 euros por acción, a pesar de que ha publicado excelentes resultados trimestrales. Ha aumentado su beneficio neto un 58 por ciento en el primer trimestre, hasta 2.543 millones de euros. Tras estas cifras, la entidad ha ratificado sus objetivos para el conjunto del año.

En negativo también las demás entidades financieras, en especial el Sabadell, que rendirá cuentas este jueves. Hoy el Sabadell ha perdido más de un 6 por ciento en Bolsa. Hoy ha bajado también Enagás, que ha ganado 69 millones entre enero y marzo. Es un 25 por ciento menos que hace un año, pero mantiene su objetivo de ganara en este ejercicio 340 millones. Ha destacado además la caída de un 9por ciento en PharmaMar.

Han subido algunos valores sueltos. Entre ellos Inditex, Repsol y Meliá. Pérdidas inferiores a la media en Telefónica, que ha amortizado el 2,4 por ciento de su capital que tenía en autocartera. En total ha amortizado 139 millones de acciones propias, que suponen un 2,4 por ciento del capital.

También el mercado del petróleo se ha movido con mucha inestabilidad. El crudo el Mar del Norte se paga esta tarde a 104 dólares, cuatro más caro que ayer a estas horas. El aluvión de peores previsiones económicas hace pensar en una caída de la demanda de carburantes. Los últimos han sido los analistas de S&P Global, que han rebajado sus previsiones de crecimiento para la economía mundial en este año hasta el 3,1 por ciento. Es una previsión inferior a la del Fondo Monetario Internacional. Precisamente el FMI ha advertido sobre el riesgo de estanflación en toda Asia. El gobierno de China y su banco central estudian aplicar más estímulos monetarios para alejar el fantasma de la ralentización del crecimiento económico. La política de Pequín de tolerancia cero con la pandemia de Covid, basada en confinamientos, amenaza con enfriar el exceso la actividad económica.

El gobierno español, por su parte, prepara también su revisión del cuadro macro económico. Los mercados creen que dejará su previsión en el 4,8 o 4,9 por ciento, en línea con lo que espera el FMI. El Ejecutivo aumentará su estimación de inflación. Hace poco también el Banco de España redujo sus estimaciones. Espera ahora un aumento del PIB del 4,5 por ciento, con una inflación media del 7,5 por ciento.

Mientras tanto, los analistas del Deutsche Bank han reducido en dos puntos y medio sus previsiones de crecimiento del PIB español en el año en curso. Hace poco más de tres meses el banco alemán esperaba un aumento del 6,3 por ciento. Ahora sitúa su previsión en el 3,8 por ciento. Para 2023 espera un crecimiento de la economía española de un 1,9 por ciento. Deutsche Bank constata que el conflicto en Ucrania ralentizará la actividad económica de toda Europa por los mayores costes de la energía y por el menor poder de compra de los hogares debido a la creciente inflación.

Por su parte, Caixabank estima un aumento del PIB este año del 4,2 por ciento y un 4,1 espera BBVA. Hace poco la Fundación de las Cajas de Ahorros, Funcas, redujo su previsión de crecimiento de la economía española en este año desde el 5,6 hasta el 4,2, con un horizonte de inflación del 6,8 por ciento como media, cuando en sus anteriores previsiones esperaba un 4,6 por ciento. Además, la Airef, la autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal, ha recortado dos puntos su estimación de crecimiento del PIB, hasta el 4,3 por ciento en el año en curso. Espera, además, una inflación media del 6,2 por ciento este año.