La Bolsa hace un alto en el camino, gana tiempo a la espera de nuevos catalizadores

La Bolsa ha abierto con ligeras pérdidas. De momento no son demasiado importantes. Hoy los mercados se lo toman con calma. Esperan algunas referencias de relieve, como el llamado libro Beige de la Reserva Federal, con el que la autoridad monetaria estadounidense pasa revista a la situación y a las perspectivas de la economía. Además, a media mañana se publican las cifras de paro de la zona euro. En Alemania ya se sabe que las ventas al por menor han crecido en octubre a un ritmo del 2,6 por ciento. Es una cifra muy superior a la que esperaba el mercado. Se conocerán también las reservas de crudo y carburantes de la Agencia Internacional de la Energía.

En el ámbito sanitario los mercados están muy atentos a las restricciones y los confinamientos por la pandemia, que parece que van a durar más de lo que se pensaba. Este factor de momento no empaña la confianza en una recuperación de la economía en paralelo a la administración de las vacunas. La autoridad sanitaria europea, la EMA, espera aprobar la vacuna de Pfizer el día 29 de diciembre y la de Moderna el 12 de enero. La farmacéutica estadounidense Moderna ha confirmado un 94 por ciento de eficacia de su vacuna. La FDA, la agencia estadounidense del medicamento, puede aprobarla en su reunión del día 17 de diciembre. Y antes, el día 10, puede recibir luz verde también la vacuna de Pfizer y la Universidad de Oxford.

Las bolsas subirán en 2021

Ayer Wall Street cerró en máximos históricos en sus índices S&P 500 y Nasdaq y muy cerca de ellos en el Dow Jones, gracias tanto los avances en las vacunas como al acercamiento que se ha producido en las últimas horas entre demócratas y republicanos en sus negociaciones sobre el nuevo programa de estímulos fiscales. El propio presidente electo, Joe Biden, ha prometido más programas de reactivación económica. Además, los inversores creen que tanto el Banco Central Europeo como la Reserva Federal de EEUU anunciarán en su s próximoss consejos nuevas medidas de estímulo económico o extenderán las ya existentes.

Los expertos consideran mayoritariamente que las Bolsas subirán en el año 2021. Según una encuesta realizada por la agencia Reuters a numerosos analistas, el índice S&P 500 de la Bolsa de Nueva York puede acabar el año próximo en 3.900 puntos y el Dow Jones de valores industriales, en 32.500. Hoy se encuentran en 3.600 y 29.900 puntos, respectivamente. Los analistas técnicos completan estos augurios con algunas consideraciones positivas. Por ejemplo, el número de valores de la Bolsa de Nueva York que cotiza por encima de su media de las últimas 200 sesiones supera el 80 por ciento, que es su nivel más alto desde hace siete años, lo que suele interpretarse como señal de nuevas subidas.

La Bolsa de Tokio se encuentra en su nivel más alto de los últimos 29 años. Esta madrugada ha cerrado en 26.850 puntos, cuando a mediados de marzo se movía 10.000 puntos más abajo. Dentro de casa, el índice Ibex 35 baja un 0,10 por ciento tras las primeras operaciones del día, hasta 8.130 puntos. Las empresas relacionadas con el turismo y los viajes se mantienen con ganancias, mientras flojean hoy los bancos y y Telefónica.

La agencia de calificación de riesgos Moody's ha dejado sin cambios el “rating” de Telefónica con perspectiva estable. Alaba la diversificación de Telefónica en sus cuatro mercados estratégicos y su fortalecimiento en el Reino Unido tras la fusión de O2 y Virgin Media. Espera que la compañía continúe rebajando deuda. Podría vender o reducir su participación en su filial tecnológica Telefónica Tech y en Telxius. Hace pocos días la agencia S&P redujo un escalón la calificación crediticia de la operadora.

En el mercado de divisas el euro sube con fuerza, supera con holgura el cambio de 1,20 dólares, su cambio mas alto desde la primavera de 2018. En el de deuda, ha subido la rentabilidad de los bonos españoles a diez años, Ha pasado en pocos días desde el 0,04 por ciento hasta 0,12. La rentabilidad de estos títulos se mueve en sentido contrario que su precios. El dinero, por tanto, está reduciendo posiciones en activos públicos, para apostar por la renta variable.