Los inversores logran mal que bien recomponer la figura, pero con más miedo que vergüenza
El Ibex 35 ha bajado un 0,11 por ciento y se sitúa en los 8.902 puntos
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La actividad en el sector servicios de España ha perdido fuerza en septiembre, aunque se mantiene en expansión. Crece, pero a un ritmo más moderado. De hecho es el ritmo más pobre que se recuerda en los últimos seis años. La economía española tiene por delante grandes incertidumbres, ya que podría resentirse por partida doble. Por la menor demanda de productos españoles procedente del Reino Unido si hay un Brexit duro, y por los aranceles con los que Estados Unidos grabará a otros. Además, claro está de que España sufrirá por la desaceleración económica que está produciéndose a nivel mundial.
En Alemania se ha producido un brusco deterioro en el sector servicios. La demanda interna se ha debilitado en aquél país. La actividad en el sector no manufacturero alemán sigue perdiendo impulso, con una lectura de 51,4 puntos, que es menos de lo que se esperaba. Aún así continúa en crecimiento. El índice PMI compuesto, que tiene en cuenta la actividad tanto en servicios como en sector industrial, se ha reducido a 48,5 puntos. Las lecturas por debajo de 50 puntos indican contracción.
En el conjunto de la zona euro el PMI servicios se ha situado por debajo de lo que esperaba el mercado, con un registro de 51,6 puntos. El índice compuesto roza los 50 puntos, que es la delgada línea roja que separa la contracción de la expansión económica. La conclusión que han sacado los inversores es que la economía europea está atravesando su momento de mayor debilidad desde el año 2013. El gran temor es que el enfriamiento industrial acabe por destruir el crecimiento del sector servicios. No se espera que el PIB de la eurozona crezca mucho más de una décima de punto en el tercer trimestre.
Tampoco han ido demasiado bien las cosas en Estados Unidos, donde el índice ISM de servicios ha sido peor de lo que se esperaba. Ha caído de 56,4 a 52,6. Es su nivel más deprimido de los últimos tres años. Los expertos del Deutsche Bank consideran que el sector manufacturero está en recesión a nivel mundial. Los analistas del Bank of America Merill Lynch consideran que la incertidumbre comercial y los síntomas de ralentización económica lastrarán a las Bolsas estadounidenses en los próximos meses. La gran duda es si la actual desaceleración termina por convertirse en toda una recesión. De momento parece que el sector servicios se está contagiando de la debilidad del manufacturero.
Todos los ojos miran ahora hacia los bancos centrales. El BCE celebra consejo del día 24, mientras la reunión de la Reserva Federal se celebrará a finales de este mes. Ambos podrían anunciar nuevas medidas de estímulo económico. En este año la Reserva ya ha recortado en dos ocasiones el precio del dinero.
Hoy la Bolsa ha intentado taponar la sangría. Pero lo ha conseguido sólo a medias en una sesión muy volátil e inestable. Hay mucho miedo, muchos recelos, muchas dudas. Ayer el índice Ibex 35, recordemos, sufrió una aparatosa caída del 2,8 por ciento, que es su peor tropezón desde hace casi dos años. Hoy tocaba recomponer la figura, como los toreros después de sufrir un revolcón. Hoy el Ibex ha bajado un 0,11 por ciento, hasta 8.902 puntos. Ha subido Inditex, animado, entre otras cosas por lo buenos resultados que ha presentado su rival sueca H&M. Han aumentado tanto sus beneficios como su facturación.
Han flojeado Repsol, las cereras y los bancos. BBVA repartirá el día 15 un dividendo de diez céntimos por acción. Es el primer pago con cargo a los resultados del ejercicio 2019. Ha caído hoy con fuerza OHL, que ha perdido un recurso en Qatar por la construcción de un hospital. Podría enfrentarse al pago de importantes indemnizaciones. Podrían alcanzar los 1.130 millones de euros.
En el mercado secundario de deuda continúa llegando dinero a buen ritmo. El rendimiento del bono a diez años ha bajado al 0,13 por ciento. En el mercado de emisiones, el Tesoro ha colocado hoy 3.450 millones de euros en títulos a largo plazo. La rentabilidad del bono de referencia ha bajado al 0,115 por ciento, mientras las obligaciones a 30 rinden un 1,003 por ciento. En la subasta anterior se colocaron por encima de 1,2 por ciento.