La Bolsa naufraga con estrépito, mientras sube el dólar y se dispara el rendimiento de los bonos
El índice Ibex 35 cierra un jueves negro en 9.285 puntos, con una pérdida del 2,12 por ciento
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El índice Ibex 35 cierra un jueves negro en 9.285 puntos, con una pérdida del 2,12 por ciento. Hace solo cuatro días superaba con holgura los 9.600. Hoy los más bajistas han sido los valores que más han subido en este año, como IAG, Inditex o Amadeus, aunque todo el mercado ha cerrado con números rojos. En el ánimo de los inversores pesa el nuevo aluvión de síntomas de enfriamiento de la actividad económica en Europa. Hoy se ha conocido que las ventas al por menor en la zona euro se han contraído en mayo a un ritmo del 2,9 por ciento en tasa anual. Es un dato peor de lo esperado. Además, según los índices PMI que miden la actividad en el sector manufacturero y en el de servicios, la economía de la eurozona sigue enfriándose, lastrada fundamentalmente por la mayor debilidad de Alemania. La industria se contrae y los servicios se desaceleran.
España, de momento, se salva de la quema. La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal, la Airef, ha mejorado medio punto su previsión para el crecimiento de la economía española en este año. Espera ahora un crecimiento del PIB del 2,3 por ciento. Coincide con la estimación que maneja el Banco de España, mientras el gobierno espera un 2,1 por ciento. La Airef cree que la inflación terminará el año en el 3,7 por ciento. Concretamente, el Banco de España ha mejorado sus previsiones de PIB en siete décimas. Además, el organismo dirigido por Pablo Hernández de Cos ha reducido cinco décimas su previsión para la inflación, hasta el 3,2 por ciento al cierre del ejercicio. El Banco de España ha constatado la resistencia de la economía española en el primer trimestre, con un crecimiento de medio punto. Espera un aumento del 0,6 por ciento en el segundo.
Recientemente, también el Consejo General de Economistas ha elevado tres décimas su previsión de crecimiento para la economía española hasta el 2,1 por ciento este año, gracias a la firmeza del sector exterior y a los servicios. Es una cifra que se ajusta a las previsiones que maneja el gobierno. Pese a ello, esperan una cierta desaceleración de la actividad en la segunda mitad del año. Los Economistas esperan que la inflación termine el ejercicio en curso entre el 3 y el 3,5 por ciento.
Otro gallo canta en Estados Unidos, donde las solicitudes semanales de subsidios por desempleo han aumentado hasta 248.000. Por el contrario, la encuesta ADP de empleo privado muestra una creación de 497.000 puestos de trabajo. Es su mejor lectura desde enero de 2022 y es una cifra muy superior a la que se esperaba. Remacha la impresión de que el mercado laboral sigue muy sólido. Son datos que sirven de aperitivo a las cifras de paro que se conocerán mañana en el país de las barras y las estrellas.
La balanza comercial estadounidense ha mostrado en mayo un déficit de 69.000 millones de dólares, frente a los 74.400 millones del mes anterior. Y el ISM no manufacturero ha mejorado en EEUU hasta una lectura de 53,9 puntos, lo que indica expansión de la actividad. Tras estos indicadores se ha disparado la rentabilidad de los bonos estadounidenses. Supera el 4 por ciento a diez años y rebasa el 5 por ciento a dos años. La curva, por tanto, está invertida. Al tiempo el dólar se revaloriza frente a las principales divisas. El euro baja hasta 1,0840 dólares. En el mercado petrolero el precio del barril de crudo del Mar del Norte baja un dólar. Se paga esta tarde a 75. Los mercados cada vez están más convencidos de que la Reserva Federal subirá el precio del dinero a finales de este mes y también en septiembre. También han subido los rendimientos del “bund” alemán y de las obligaciones españolas.
En el mercado primario o de emisiones, el Tesoro español ha colocado hoy 7.000 millones de euros en la subasta de deuda a medio y largo plazo. La demanda ha superado los 10.000 millones. El rendimiento de las obligaciones a diez años ha aumentado ligeramente, desde el 3,556 hasta el 3,562 por ciento. Es su nivel más alto desde comienzos de 2014. Los títulos con vencimiento a siete años han salido con una rentabilidad del 3,343 por ciento, frente a 3,082 por ciento de la subasta anterior.