Buen ánimo en la Bolsa, con Acciona, Repsol y las criptomonedas en la pista central de los mercados

La Bolsa arranca el jueves con buen ánimo y ganancias extendidas. Pero la atención de los inversores se dirige especialmente hacia otros activos más “calientes”. El Bitcoin sigue ofreciendo un gran espectáculo a la afición. Ha subido ya un 80 por ciento en lo poco que va de año. Hoy se paga a 52.000 dólares. Ha llegado estar algo más alto. Es un nuevo máximo histórico, o histérico, que eso nunca se sabe. Los analistas del banco de negocios JP Morgan creen que puede llegar los 145.000. Pero consideran que la subida de esta moneda es insostenible si se produce, como hasta ahora, con una enorme volatilidad. Los expertos recuerdan que en 2017 también se produjo una efervescente subida vertical del Bitcoin, a la que siguió una caída a plomo con la misma velocidad. El riesgo de colapso en esta criptomoneda existe. Y no es pequeño.

Hoy se conocerá la inflación de la zona euro y también el índice de mide la confianza del consumidor. Se esperan además las actas del último consejo del Banco Central Europeo. En Estados Unidos destacan las peticiones semanales de subsidios por desempleo.

El índice Ibex 35 sube un 0,4 por ciento tras las primeras operaciones del día, hasta 8.160 puntos. Un 2 por ciento sube Repsol, que ha publicado resultados a primera hora. La compañía ha dado pérdidas por 3.289 millones de euros en el ejercicio 2020. Se han dejado notar con dureza los efectos de la pandemia en forma de menor demanda de carburantes y precios más bajos. Sin contar con extraordinarios, el resultado neto es positivo en 600 millones. Es una cifra mejor de la que esperaba el mercado. La petrolera ha reducido su deuda un 28 por ciento el año pasado y ha anunciado una recompra y amortización de acciones por un 2,6 por ciento del capital. Y se dispara Acciona, que estudia sacar a Bolsa su filial de renovables. Sube un 8 por ciento, hasta 133 euros.

Los analistas de Bank of America advierten de una posible corrección en los mercados ante la burbuja que comienzan a mostrar numerosos activos. No solo la Bolsa, también, según BoA, las criptomonedas y la deuda pública. Ayer se conoció que las ventas al por menor en Estados Unidos han aumentado mucho más de lo que pronosticaban los expertos. Se han disparado un 5,3 por ciento, que es su mejor registro de los últimos diez años. Este dato ha hecho crecer el temor a un repunte de la inflación. Las actas de la última reunión de la Reserva Federal hablan de su convencimiento de que los objetivos de crecimiento todavía están lejos, por lo que hacen faltan más estímulos monetarios. Además, la Fed está preocupada por la excesiva valoración de algunos activos.

En el mercado de deuda, la caída en el precio de los bonos sigue haciendo subir su rentabilidad. El rendimiento del bono español a diez años se ha disparado hasta el 0,29 por ciento. Un nivel que no se veía desde mediados de septiembre. A finales del pasado ejercicio su rentabilidad llegó a situarse en negativo, menos 0,04 por ciento. El bono de EEUU a diez años está ya en el 1,29 por ciento.

A este lado del Atlántico, Mario Draghi, el ex gobernador del Banco Central Europeo, ha formado ya su ejecutivo tecnócrata en Italia, tras el colapso de la coalición de gobierno. Un gabinete que ha gustado a los mercados. Draghi tendrá que lidiar con la crisis sanitaria y con la política, así como con los enormes desequilibrios que pesan sobre la economía italiana, en especial el déficit y la deuda pública. Los mercados esperan que Draghi ponga en marcha reformas que consigan impulsar el crecimiento. De momento, la prima de riesgo de Italia se ha colocado por debajo de cien puntos, después de muchos meses por encima de ese registro.

Hoy el Tesoro español colocará deuda a medio y largo plazo. Pone en el mercado bonos y obligaciones con vencimiento a 3, 7, 10 y 20 años. Quiere captar hasta 5.500 millones de euros. El martes vendió letras a 3 y 9 meses. Ingresó 2.590 millones de euros. La rentabilidad de ambas continúa en negativo. Menos 0,553 y menos 0,509 por ciento, respectivamente. La tesorería púbica cobra algo menos a los inversores que colocan su dinero en títulos a 3 meses y algo más a los que optan por las letras a 9 meses.