Un carnicero de Madrid avisa del detalle al que debes prestar atención si compras carne fresca y no quieres perder dinero: "Hay gente..."

Estar pendientes de la preparación de la carne cuando la compramos es importante porque nos puede hacer ahorrar un buen pico al final de mes. 

Captura de pantalla terracarnicerias.es

María Bandera

Publicado el - Actualizado

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El alza de los precios está llevando a muchos consumidores a reducir la compra de un producto tan esencial en la cesta de la compra como es la carne. 

En concreto, con datos de 2023 en la mano, la compra de carne diminuyó en mayor o menor medida para un 54% de las personas preguntadas en una encuesta realizada entre 1.518 personas sobre los productos que han pasado a un segundo plano como consecuencia de la inflación acumulada.

Desafortunadamente la reducción o exención del IVA a alimentos básicos, no incluye a este producto que a juicio de la OCU, la inflación ha elevado a la categoría "de lujo”.

De esta manera, el porcentaje de familias que consume ternera una o más veces en semana ha bajado 15 puntos con respecto a hace dos años, según añade Facua con datos de febrero de este año 

Aunque menos acusado, el consumo de pollo varios días a la semana también disminuye del 73,3 % que lo hacía al menos una vez cada siete días, al 60,9 %, mientras que su consumo cada dos semanas o menos aumenta del 26,6 % hasta el 38,9 %.

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PROTEÍNAS DE ALTA CALIDAD

Al margen de estos datos, la carne es un alimento nutricionalmente necesario para nuestra salud, aporta una gran cantidad de nutrientes como las proteínas de alta calidad que ayudan en la regeneración de tejidos y al desarrollo muscular. 

Además, sobre todo en el caso de las carnes rojas, son una fuente importante de hierro, un mineral que nuestro cuerpo no puede producir por lo que debe ingerirse a través de los alimentos. Es importante porque ayuda a prevenir la anemia y a producir las proteínas de la hemoglobina, que transportan el oxígeno.

También aporta vitamina B12 o  zinc, que ayuda a fortalecer el sistema inmunológico.

El Comité Científico de la AESAN aconseja su consumo de 2-4 raciones a la semana de carne, a ser posible de pollo o conejo y no más de 2 raciones a la semana de carne roja. 

carne y precios

Queda claro que la carne se presume como necesaria, si bien su coste lleva a muchas familias a sustituirla en parte por productos procesados, que cuestan menos pero que también son menos saludables.

Sin llegar a este punto, siempre hay formas de ahorro  que pasan por mirar bien lo que compramos y cómo lo hacemos.   De entrada, su precio en carnicerías puede variar dependiendo del tipo y de la calidad. 

Por ejemplo, la de ternera suele tener un mayor precio, mientras que la de cordero está en un rango medio o la de cerdo y la de pollo o pavo que son por lo general más económicas. Es por ello que para ahorrar podamos optar en el caso de la ternera por cortes menos costosos como la falda, tapilla o el redondo. 

También podemos adquirirla en cantidades mayores, aprovechando las ofertas lo que implica un precio inferior por kilo comprado. Recuerda que siempre se puede congelar.

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carne picada

También es bueno conocer pequeños detalles que muchas veces pasamos por alto por desconocimiento y que nos pueden hacer ahorrar un buen pico a final de mes.

Pues uno de ellos lo ha puesto sobre la mesa un carnicero en su cuenta de TikTok terracarnicerias.es y tiene que ver con la carne picada. "Hay gente que tiene por costumbre coger la carne, pesarla y  luego picarla". 

En su opinión esto es un error porque "al poner la carne picada en la báscula, os va a faltar peso". 

Por eso, lo mejor, aconseja este profesional,  es que cojan el trozo de carne, lo piquen y que luego ya se pese. En el vídeo se puede ver cómo hay 100 gramos de diferencia entre hacerlo de una u otra manera. 

Los mensajes de los usuarios de la red social no se han hecho esperar. Algunos dicen que esto solo sucede "en la primera picada de la máquina, después ya se le queda carne dentro y cuadra el peso". Otros ven muy apropiado el consejo, si bien lamentan que en muchos casos hacer el pesaje antes o después de pasar por la máquina "no depende del cliente". 

Por último están los que reconocen que ningún carnicero profesional da menos peso que el cobrado. "Se puede pesar, picar y comprobar que el peso es el correcto y si falta, se pica más, porque siempre se queda algo en la máquina".