Consumidor cauto: El doble efecto de la contención del gasto para la economía española

Por segundo año, los españoles guardamos nuestro dinero por si acaso.

Consumidor cauto: El doble efecto de la contención del gasto para la economía española

Sefi García

Publicado el - Actualizado

4 min lectura

Más de la mitad de los españoles encaja en el perfil de consumidor “cauto”, según un estudio de la consultora NielsenIQ. Se trata de personas que no han tenido impacto en su seguridad financiera a pesar de la inestabilidad, pero que siguen prudentes con sus gastos. El ahorro de las familias ha crecido un 7%, según los últimos datos del Banco de España. Por segundo año, los españoles guardamos nuestro dinero por si acaso.

Los españoles guardamos nuestro dinero por si acaso

El ahorro de las familias volvió a crecer el año pasado en nuestro país, un 7%, y estamos hablando del 223,7% del producto Interior Bruto de nuestro país, una cifra muy jugosa. Partimos de la base de que no todas las familias pueden guardar algo de dinero, “solo aquellas en las que los ingresos no se han visto mermados por las consecuencias de la crisis sanitaria, familias con rentas medias y altas”, explica el profesor de economía de la Universidad de Valencia y de la Oberta de Cataluña Antoni Cunyat. Nuestro nivel de ahorro, explica, está en la media europea y responde a un “criterio de precaución ante un contexto incierto”.

El año 2020 creció en ahorro porque “aunque las rentas disponibles bajaron mucho el consumo cayó muchísimo más, lo que se produce en el 21 es que la renta a subido mucho, estamos casi en niveles de 2019, pero el consumo no, ha subido menos”.

Cautela en el gasto

¿Qué nos ha pasado entonces? Que la mayoría nos hemos vuelto “cautos” a la hora de gastar nuestro dinero. La consultora NielsenIQ ha hecho un estudio sobre nuestra forma de consumir, y ha detectado que el 52% de las familias que no han sentido el azote económico provocado por la pandemia, se han vuelto muy conservadoras en sus hábitos de consumo. Estamos a la par con los italianos y por encima de los franceses donde el 45% de los consumidores están en este perfil, y de los británicos, donde son el 35%.

Antoni Cunyat, nuestro economista, explica que “encaja con una de las teorías económicas sobre consumo, la teoría del ciclo vital o de la renta permanente, que indica que el consumo se basa en hábitos, donde se señala que nos duele bastante cambiar de forma brusca nuestros hábitos de consumo, entonces, la tendencia de las personas con posibilidad en épocas complejas, de incertidumbre es a guardar para mantener un hábito de consumo en los tiempos en los que la renta es menor, se piensa más a largo plazo. Si puede ser un reflejo de gran parte de los consumidores, siempre hablando de aquellos que no han visto mermados sus ingresos”. Y dada la incertidumbre que, una vez superada la pandemia, ha campado debido a la invasión de Ucrania”.

Los trucos

Mirar precios, hacer una lista de la compra cerrada, irse a las marcas blancas, son algunos de los trucos de las familias, nos cuentan Antonio por un lado y Raquel por el otro. Antonio nos cuenta demás que procura “no ir a la compra con hambre, para evitar tentaciones, voy con una lista cerrada, procuro no comprar alimentos perecederos, para que no se pierdan en el frigorífico, y practicamos la comida de aprovechamiento, ya que de esta forma también se ahorra en energía. Las marcas blancas y mirar precios”. Raquel, por su parte hace “la compra grande a principio de mes, y destinamos unos 50 euros a la semana a completarla con lo fresco”. Así arañan algunos euros para la hucha. Ambos son consumidores “cautos”. El estudio señala que en nuestro país, el 27% controla su gasto consumiendo marcas blancas, frente al 12% de la media mundial, y el 26% controlando el coste total de la cesta de la compra.

¿Cambiarán nuestros hábitos de consumo?

Le preguntamos al economista qué efecto puede tener esa contención en el consumo en la economía del país. Nos cuenta Cunyat que obviamente “si se ahorra más, se consume menos (y esto no es bueno para la reactivación económica) pero por otro lado, en las cuentas macroeconímicas, puede tener un efecto positivo porque podría subir la inversión en las empresas”.

En cuanto al ahorro de las familias y ante la escalada en la subida de los precios, señala un peligro: “en este 2-022 la alta inflación va a provocar que ese ahorro caiga, y no por voluntad de las familias, sino porque se reduce el valor del dinero. Si tienen por ejemplo 10.000 euros ahorrados, con la inflación a día de hoy, valdrá un 10% menos”. Cosas complicadas de la economía...

El caso es que el profesor está convencido de que el perfil “cauto” se mantendrá durante este 2022 e incluso “crecerá dado el contexto de incertidumbre, y aunque estamos notando la inflación, yo creo que por este motivo no va a variar su hábito de consumo, que seguirá ahorrando”

La consultora ha detectado, además del consumidor “cauto” del que te hablamos, cuatro perfiles más: un 16% serían “estables”, los que no han tenido disminución de ingresos y han seguido gastando igual. El 15% de los consumidores están en la carpeta de “recuperados” aquellos que sí parecieron una bajada de ingresos durante la pandemia y ha vuelto a la normalidad. Un 14% son luchadores, que al contrario de los anteriores, todavía no han sido capaces de recuperarse, y la categoría menos significativa, con solo un 4% es la de los “prósperos” que han ahorrado dinero durante la pandemia y se siente más seguros financieramente.

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