La Bolsa digiere bien el aumento de la tensión geopolítica, mientras el petróleo sigue subiendo

La explosión e incendio de una gran de una gran refinería en Filadelfia ha disparado el precio de las gasolinas en Estados Unidos y ha empujado un poco más arriba el precio del crudo en los mercados internacionales. El barril de petróleo del Mar del Norte estira un poco más la fuerte subida de ayer. Hoy supera los 65 dólares, con lo que suma una subida superior al 5 por ciento en esta semana. De momento la sangre no ha llegado al río, pero la tensión es abrumadora en el golfo Pérsico. El derribo de un dron de Estados Unidos por un misil iraní en el estrecho de Ormuz este jueves ha estado a punto de poner en marcha la maquinaria bélica de la Casa Blanca.

Estados Unidos ha dado un ultimátum a Irán para que acepte iniciar conversaciones. En caso contrario, el presidente Trump amenaza directamente con un acción armada. El miedo a la guerra entre Washington y Teherán ha catapultado el precio del oro, que marca máximos de seis años, por encima de 1.400 dólares por onza.

A pesar de este enrarecido decorado geopolítico, la Bolsa salda la semana con una pequeña ganancia. El índice Ibex 35, en esta jornada de vencimiento de opciones y futuros, ha sumado un 0,20 por ciento, hasta 9.227 puntos. En el conjunto de la semana se ha revalorizado un 0,4 por ciento y acumula una ganancia del 2,5 por ciento en lo que va de mes. La mejoría de la Bolsa descansa en dos pilares. Primero, el convencimiento de que los grandes bancos centrales harán todo lo que esté en su mano para evitar un mayor deterioro de la economía mundial. Se esperan recortes en el precio del dinero por parte de la Reserva Federal y el Banco Central Europeo. Segundo, la confirmación de que los presidentes de Estados Unidos y China se verán las caras en la “cumbre” del G-20 de finales de mes. Y podrían desatascar las negociaciones comerciales.  Con estos mimbres, la Bolsa ha conseguido capear los temporales con cierta dignidad.

Los últimos indicadores económicos conocidos son agridulces. Los mercados cuentan hoy, para variar, con una buena referencia procedente del ámbito macro. La actividad en la zona euro ha mejorado ligeramente en el mes de junio. El índice PMI compuesto, que mide la actividad tanto en el sector manufacturero como en el de servicios, ha aumentado desde 51,8 puntos hasta una lectura de 52,1. No es muy brillante, pero menos da una piedra.  Este indicador, según los analistas, hacen pensar en un crecimiento del PIB de la zona euro a un ritmo muy tibio del 0,2 por ciento en el segundo trimestre.  En Alemania, el PMI compuesto se ha mantenido estancado en una lectura de 52,6 puntos, que indica un muy suave ritmo de crecimiento. La actividad industrial sigue en contracción en aquél país, mientras mejora la de servicios.

La actividad industrial en Estados Unidos ha mostrado su peor lectura de los últimos diez años. El PMI manufacturero ha bajado hasta 50,5 puntos. La economía del país de la barras y las estrellas está desacelerándose. Por su parte, la actividad manufacturera sigue deteriorándose en Japón, donde el índice PMI se ha reducido hasta una lectura de 49,5 puntos, lo que indica pérdida de impulso. Indica contracción de la actividad. En el imperio del sol naciente cae la demanda interna, tanto como procedente del exterior.

En los demás mercados, la rentabilidad de los bonos españoles  a diez años se mantiene en zona de mínimos históricos. Ha llegado a bajar en las últimas horas hasta el 0,37  por cierto, aunque esta tarde se mueve por encima de 0,40. La prima de riesgo se sitúa en 72 puntos básicos.

El euro sube otro peldaño, supera el cambio de 1,13 dólares. La moneda común se ha fortalecido frente al dólar, después de que la Reserva Federal de Estados Unidos haya dejado bastante claro que rebajará el precio del dinero en breve para impulsar el crecimiento.