Cuando tienes que pedir dinero a amigos y familiares: tres de cada 10 lo hace para sus necesidades básicas
Son muchos quienes ya recurren a la familia o a los conocidos para llegar a fin de mes
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Cada vez se conceden menos créditos y son más caros. Suben los intereses al tiempo que las entidades, ante el aumento de riesgo de impago, restringen los préstamos. Son muchos quienes ya recurren a la familia o a los conocidos para llegar a fin de mes.
Créditos con “lupa”
Es evidente el deterioro de la renta familiar mermada por la subida de los tipos de interés que afectan a las hipotecas y los créditos, y por el encarecimiento de la cesta de la compra. El 28% de los hogares tienen dificultades para llegar a fin de mes, según OCU y el 33% lo sufre algunas veces, el 31% ha reducido la compra de carne o pescado y 4 de cada 10 tiene problemas para pagar los suministros. Nuestro dinero vale menos y estamos en un sistema financiero que cada vez da menos créditos y más caros.
El crédito concedido por las entidades financieras a las familias y entidades sin ánimo de lucro disminuyó un 0,8 en febrero respecto al mismo mes de 2022 las hipotecas cayeron un 1,5% en abril. Francisco Cortés profesor de La Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) explica a COPE que “cuando hay una subida tan brusca de tipos, las entidades afinan mucho más la concesión de créditos, asegurándose un menor riesgo porque una subida siempre lleva un aumento de la tasa de mora y están viendo con algo más de lupa la concesión de estos créditos”.
Cae la demanda de hipotecas
Por la parte de la demanda también se ha observado una caída de las peticiones de créditos. El endurecimiento de las condiciones ha hecho desistir a muchos ciudadanos, el porcentaje de solicitudes rechazadas ha aumentado en todas las modalidades de créditos y muchos posibles prestatarios ni siquiera lo intentan. Hay que demostrar la solvencia con un contrato, ingresos estables, IRPF, no tener otros préstamos, no endeudarse por encima del 35% de los ingresos, y garantía de devolución de deuda mediante un aval, ya sea un bien propio o a través de otra persona. Con el deterioro de las economías familiares se hace inaccesible para un gran porcentaje de hogares.
Tarjetas de crédito y revolving.
Aparcamos los grandes créditos, pero no los préstamos en pequeñas cantidades. El crédito al consumo resiste porque a muchas familias no les queda más remedio que endeudarse para seguir consumiendo. La tasa de ahorro ha caído a la mitad, somos el país con un mayor desplome, los datos de Eurostat reflejan un descenso en España del 3,2% mientras que en el conjunto de la Unión ha aumentado en un 10,3% “La inercia de los préstamos al consumo es muy alta, y se mantiene porque queremos consumir, financiar otros bienes y la renta familiar está mermada por la subida de los tipos de interés”. Y en este tipo de créditos lo más firme son las tarjetas de crédito y revolving productos para los que no se realiza estudio alguno.
Pedir dinero a un familiar
La familia se revela como la principal red de apoyo. Tres de cada 10 españoles habrían tenido que pedir dinero prestado a amigos o familiares para sus necesidades básicas. De ellos, un tercio lo hizo para pagar alimentación y otro tercio para la hipoteca. Una encuesta de la consultora OnePoll revela que los jóvenes de entre 18 y 26 años son quienes más han tenido que contar con esta ayuda, un 43%, y los que menos los Baby Boomers, con entre 59 y 77, sólo un 11%. Por ello son los padres a quienes más se acude, un 61% pidió ayuda a sus progenitores y el 30% a otros familiares o personas muy próximas. Y son préstamos que pueden tener consecuencias ante hacienda. Si superan los 6.000 euros y se ha hecho por transferencia o bizum, es decir, hay constancia de ello, hay que declararlo ante la Agencia Tributaria porque se puede considerar como una donación encubierta. Pero la gran pregunta a la que no se suele contestar es si ese préstamo se ha devuelto.