Se disparan las acciones de IAG en Bolsa mientras se derrumban los bancos por el efecto Evergrande
El índice Ibex 35 ha cerrado en 8.655 puntos, con una pérdida del 1,20 por ciento
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Como mancha de aceite se ha extendido el temor, casi el pánico, a que colapse el mercado inmobiliario de China. Si lo hace, después irá el sistema financiero. Y luego la onda expansiva llegará a los bancos de medio mundo. El gran foco de tensión se encuentra en la inmobiliaria china Evergrande. Es un gigante con pies de barro. Esta promotora, la segunda más grande del país, soporta pasivos por dos billones de yuanes, que equivalen a más de 300.000 millones de dólares. Esa cifra supone cerca de un 2 por ciento el PIB de China y casi una cuarta parte del PIB español. Un tercio de la economía china descansa en la actividad del sector inmobiliario. Son palabras mayores. El conjunto del sector inmobiliario chino acumula un endeudamiento superior a los cuatro billones de dólares. Tres veces el PIB de España. Es por tanto una bomba de relojería.
Si las autoridades de Pequín no rescatan a Evergrande, si la dejan caer, la empresa no podrá atender el pago de los intereses de su deuda, se producirán impagos a los bonistas y a los proveedores y también a los bancos que la financian. Se resentirá por tanto no solo el sector inmobiliario, sino todo el sistema industrial y financiero chino. Y comenzará a rodar la bola de nieve. Muchas entidades financieras en todo el mundo tienen en cartera bonos de Evergrande. El efecto dominó puede extenderse por tanto a la economía de todo el planeta. Es un gran problema local, que puede generar grandes contratiempos a la economía mundial. Evergrande tiene que afrontar pagos de intereses de sus bonos esta misma semana por 83 millones de dólares y otros 50 millones en los próximos días. Un “default” volvería a crispar los ánimos y a encender las luces rojas que aún no estén luciendo.
Así las cosas, las Bolsas han tenido un mal día a uno y otro lado del Atlántico. El índice Ibex 35 ha cerrado en 8.655 puntos, con una pérdida del 1,20 por ciento. En los peores momentos del día ha ido a buscar apoyo cien puntos más abajo. La Bolsa vuelve a su nivel más deprimido desde el pasado mes de julio, a pesar de que algunos cazadores de gangas han comenzado a picotear aquí y allá a los precios más bajos del día.
Pocos valores se han salvado hoy de la quema. Uno de ellos es la aerolínea hispano británica IAG, que ha subido un 10 por ciento tras descartar una ampliación de capital. La compañía tiene una fuerte deuda, pero también una importante liquidez. Paralelamente, las acciones de la aerolínea alemana Lutfhansa han sido muy castigadas en Bolsa precisamente tras anunciar una ampliación de capital por 2.000 millones de euros. La cotización de IAG se ha disparado después de que Estados Unidos haya reducido las restricciones a los vuelos procedentes desde Europa. AENA y Amadeus también celebran esta noticia. Los bancos han caído a plomo. Un 7 por ciento ha perdido BBVA justo en el día en que se ha reincorporado al índice EuroStoxx 600 tras un año de ausencia. Ha subido hoy con fuerza la central de reservas Amadeus, que ha abandonado este indicador. El Sabadell se ha dejado un 3 por ciento. El Banco Santander ha perforado el nivel de los 3 euros por acción. Fuertes pérdidas también en las compañías acereras. Un hipotético enfriamiento de la economía de China generará una caída en los precios de las materias primas.
En cuanto a grandes indicadores macro, el índice de precios industriales ha crecido en Alemania un 1,5 por ciento. Es mucho más de lo que esperaban los expertos. Se han dejado notar, y de qué manera, las subidas en el precio del gas y la electricidad, así como el estrangulamiento en la cadena de suministros de semiconductores y otros componentes electrónicos. Mañana se publicará el PIB de España del segundo trimestre.