Las ayudas y los puntos de recarga: las trabas para que España llegue al objetivo de coches eléctricos en 2035
Este martes 14 de febrero el Parlamento Europeo dio el visto bueno definitivo al acuerdo para prohibir la venta de coches y furgonetas diésel y gasolina a partir de 2035
Madrid - Publicado el - Actualizado
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La industria del automóvil está preparada para llegar al 2035, fabricando y vendiendo solo vehículos eléctricos como exige la UE. Hablamos de un sector que emplea a dos millones de trabajadores y supone el 16% de nuestro producto interior bruto, del total de bienes y servicios que produce nuestra economía. El viento en contra viene de la falta de ayudas a los consumidores y del fuerte retraso en los puntos de recarga.
De momento a penas contamos con 18.000 puntos de recarga, cuando el objetivo era el año pasado llegar a los 48.000. Tampoco están plasmados en un mapa y así es muy difícil incentivar la compra de eléctricos. "Hay más de 200 versiones de modelos electrificados con enchufe disponibles en el mercado, algunos incluso con las ayudas por debajo de 25.000 euros. Ahora falta que haya esa disponibilidad de puntos de recarga", explica Félix García, de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones.
Se necesitan ayudas más cuantiosas, directas y sin tanta burocracia, al estilo de Alemania y Portugal, para aumentar esa demanda, sobre todo por parte de las empresas, lo que impulsará la fabricación de vehículos eléctricos, provocando, por tanto, una bajada de precios. Y es que no hay que olvidar que a partir de 2035 no se podrán vender vehículos diesel o gasolina, sí se podrá seguir circulando con ellos.
Prohibida la venta
Este martes 14 de febrero el Parlamento Europeo dio el visto bueno definitivo al acuerdo alcanzado con la Comisión y el Consejo Europeo para prohibir la venta de coches y furgonetas diésel y gasolina a partir de 2035. Para 2030, el plan es que se reduzcan los niveles de 2021 en un 55% para automóviles nuevos y del 50% para furgonetas nuevas. La segunda parte del plan llegará hasta 2035 para que se reduzca el 100%.
Hay que entender que esta prohibición se centrará en las emisiones directas, lo que solo permitiría salvar a los vehículos eléctricos o de pila de combustible de hidrógeno. De hecho, el Europarlamento fuerza a la comisión a "presentar una propuesta relativa a la matriculación, después de 2035, de vehículos que funcionen exclusivamente con combustibles neutros en CO?".