Los datos de paro de Estados Unidos sirven de excusa para la reacción de las Bolsas
El índice Ibex 35 ha recuperado un 0,67 por ciento y cierra la semana en los 8.961 puntos
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La mala fama de octubre en las Bolsas se debe a los desplomes que se produjeron en este mes en los años 1929 y 1987 y, más recientemente, en 2008. Este mes en curso, -si no hay catalizadores positivos, como un acercamiento comercial entre China y EEUU, por ejemplo- amenaza con cumplir los malos augurios y convertirse en un nuevo “octubre rojo”.
De momento la Bolsa ha perdido un 3 por ciento en lo poco que va de mes, pese a que hoy el índice Ibex 35 ha recuperado un 0,67 por ciento, para cerrar 8.961 puntos. La ganancia acumulada en el año se ha reducido a menos de un 5 por ciento.
Hoy los mercados han dispuesto de una de las referencias macroeconómicas que más influyen sobre el ánimo de los inversores, como son las cifras de empleo de Estados Unidos. Han sido agridulces, pero los mercados las han dado por buenas. La tasa de paro se ha reducido dos décimas, hasta el 3,5 por ciento, que es su nivel más bajo del último medio siglo. Sin embargo, la economía estadounidense creó menos empleos no agrícolas de los que se esperaban. Tan sólo 136.000 frente los 140.000 / 150.000 que esperaba el consenso del mercado. La balanza comercial estadounidense no ha influido en las Bolsas ni en el mercado de bonos porque se ha ajustado a las previsiones. El déficit ha crecido en agosto ligeramente, hasta 54.900 millones de dólares.
Tras los últimos pobres indicadores de actividad que se han publicado a ambos lados del Atlántico, han aumentado las probabilidades de una nueva rebaja de tipos de interés en Estados Unidos, lo que ha debilitado al dólar en su cruce con otras monedas. El euro sube hasta 1,0980 dólares. También han crecido las probabilidades de que el BCE tome nuevas medidas de estímulo económico, quizá con tipos todavía más bajos, lo que puede perjudicar especialmente a las entidades financieras. Los bancos sufren por partida doble, por el enfriamiento de la actividad económica y por la previsión de tipos de interés muy bajos durante mucho tiempo. La previsible nueva caída del euribor afectará todavía más a los márgenes de las entidades financieras.
La economía española podría resentirse por la menor demanda de productos españoles procedente del Reino Unido si hay un Brexit duro, y por los nuevos aranceles con los que Estados Unidos grabará a otros. En el conjunto de la zona euro la actividad económica se encuentra en su peor momento desde hace seis años. Alemania sigue debilitándose. Aumenta el temor a un mayor enfriamiento de la economía mundial. En la zona euro el sector servicios se ha deteriorado, pero no tanto como lo hizo la actividad en el sector industrial. Algo es algo.
Todos los ojos miran ahora hacia los bancos centrales. El BCE celebra consejo del día 24, mientras la reunión de la Reserva Federal se celebrará a finales de este mes. Ambos podrían anunciar nuevas medidas de estímulo económico. En este año la Reserva ya ha recortado en dos ocasiones el precio del dinero. Hace pocos días el presidente Trump “le leyó la cartilla” al presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, al que calificó de “patético” y al que culpó de los últimos malos indicadores económicos por no bajar el precio del dinero más deprisa. Trump quiere tipos cero, como los tiene Europa y Japón, para reactivar la economía y alejar el fantasma de la recesión.
Los inversores siguen preocupados porque crece la incertidumbre sobre el Brexit y por los nuevos aranceles que va a imponer Estados Unidos a productos europeos por 7.500 millones de dólares. Pero, a pesar de los pesares, todavía hay algunos rayos de esperanza. No hay que descartar que la semana próxima EEUU y China consigan acercar posturas y limen sus diferencias comerciales y arancelarias. Tampoco hay que descartar que el Reino Unido alcance algún tipo de acuerdo para el Brexit con la Unión Europea.
De momento, el primer ministro británico ha asegurado que solicitará una ampliación de los plazos si no alcanza un acuerdo con la UE antes del próximo día 19. Los analistas de Citi se han convertido en un oasis de relativa animación en medio de un panorama marcado por reiteradas malas previsiones. Desde Citi se muestran prudentes, pero optimistas. Creen que la Bolsa tiene un potencial alcista de alrededor de un 9 por ciento hasta finales del año próximo. Consideran que el mercado alcista todavía no se ha agotado, aunque aseguran que habrá volatilidad y contratiempos. Citi apuesta sobre todo por la renta variable de Estados Unidos y por la británica. Aconsejan mantenerse neutrales en los mercados de Europa y Japón. Prefieren valores del sector energético, mientras dejan de lado al sector financiero, a las empresas acereras y las eléctricas.