Las Bolsas encuentran un clavo ardiendo al que agarrarse y cierran con ganancias

El índice Ibex 35 ha subido un 1,39 por ciento, hasta 9.304 puntos

La bolsa de Madrid, el parquet madrileño

Fernando Mañueco

Publicado el - Actualizado

3 min lectura

Los inversores se han permitido hoy el pequeño lujo de pasar por alto algunas de las fuentes de crispación y de zozobra que marcan últimamente el panorama político y económico. No todos los días son fiesta en los mercados financieros, pero de vez en cuando el dinero se permite una pequeña “frivolité”. La Bolsa de Nueva York sube con claridad a media sesión, al calor de los buenos resultados de empresas como Walmart, que ha pulverizado todos los récords en el primer trimestre del año con un beneficio superior a los 3.800 millones de dólares. Con Wall Street tirando del carro, los mercados europeos se han dejado llevar y han cerrado todos con ganancias extendidas. El índice Ibex 35 ha subido un 1,39 por ciento, hasta 9.304 puntos. Lo valores más grandes han cerrado con ganancias importantes.

Hoy los mercados, aún con dudas, han preferido  ver el vaso medio lleno. Cotizan el cambio de tono del  presidente Trump, que ha suavizado el discurso con Europa al retrasar en seis meses su decisión sobre los aranceles a la importación de automóviles.  Además, hace pocas horas el inquilino de la Casa Blanca aseguraba que confía en que finalmente sean fructíferas las negociaciones comerciales con China. 

Pero nadie olvida que ambos países se encuentran en pleno intercambio de golpes, en un ojo por ojo que llena el futuro de incertidumbre.  El foco de tensión más cercano se encuentra en la decisión del presidente Trump de vetar a las empresas extranjeras que puedan suponer un riesgo para la seguridad nacional, lo que en la práctica equivale a un “zasca” al gigante chino Huawei, al  que Trump acusa de comercializar equipos que pueden ser utilizados para el espionaje. De momento, China ha dicho que el impacto de los aranceles que ha impuesto Estados Unidos es manejable y digerible. Pequín considera que los más perjudicados por este enfrentamiento serán los consumidores y el tejido empresarial estadounidense. El ministerio de comercio de China ha asegurado que tomará las medidas necesarias para proteger a sus empresas. Además, ha señalado que no hay calendario para que la delegación comercial de Estados Unidos visite Pequín.  

En el ámbito macro, los datos económicos que se van publicando no son demasiado halagüeños. Se dejan notar los efectos del enfrentamiento entre las dos mayores potencias del mundo. La primera derivada es que aumentan las probabilidades de que la Reserva Federal reduzca este año sus tipos de interés o, al menos, de que no los suba durante un dilatado periodo de tiempo. La incertidumbre sobre la guerra arancelaria  y las posibles repercusiones sobre el comercio mundial y el crecimiento económico podrían “obligar” a la Reserva a renunciar a endurecer su política monetaria durante muchos meses.  Los analistas sitúan entre el 30 y el 50 por ciento las probabilidades de que la Reserva baje tipos después del verano. Y eso, aunque de manera perversa, ha servido hoy de combustible para la recuperación de la Bolsa. 

En el mercado de deuda pública continúa el trasvase de dinero desde los activos con más riesgo hacia los defensivos. Los inversores buscan un puerto de atraque fundamentalmente en la deuda alemana, pero también optan por los bonos estadounidenses y españoles. La prima de riesgo de España se ha reducido a cien puntos, con el rendimiento del bono a diez años en el 0,90 por ciento, un nivel que no se veía desde finales de 2016. El “bund” alemán equivalente sigue profundizando en rentabilidad negativa, se sitúa ya en el menos 0,10 por ciento. Se acerca a sus rendimientos mínimos de la historia. También cae la rentabilidad de los bonos de EEUU, que se coloca ya por debajo del 2,4 por ciento. 

En el mercado de divisas, el euro pierde fuelle, se cambia por menos de 1,12 dólares mientras la libra esterlina cae con fuerza, presionada por la incertidumbre sobre el Brexit. Se cambia por debajo 1,28 dólares y firma su peor racha de caídas en cerca de veinte años.  En el de materias primas, el petróleo se encarece con rapidez, sube otro peldaño y supera los 73 dólares por barril. La situación en el Golfo Pérsico se ha convertido en un polvorín que da alas al oro negro. 

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