Las eléctricas llevan en volandas a la Bolsa hasta el mismo filo de los 9.000 puntos
El índice Ibex 35 termina el día en 8.962 puntos, con alza de un 2,14 por ciento
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El índice Ibex 35 termina el día en 8.962 puntos, con alza de un 2,14 por ciento. En algunos momentos ha llegado a tocas con la punta de los dedos la referencia redonda de los 9.000. Se han disparado las eléctricas ante la posibilidad de que el gobierno retire o suavice algunas de las medidas para reducir los beneficios extraordinarios, -los "caídos del cielo"-, de las empresas energéticas. La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, se reunirá con el sector. Los mercados han dado por hecho que se suspenderá o se suavizará al menos la intención del Ejecutivo de podar los ingresos que reciben las eléctricas por su generación hidráulica y nuclear cuando son las centrales de gas las que marcan los precios en el mercado mayorista.
Las acciones de Iberdrola han subido un 7 por ciento y recuperan la referencia de los 9 euros, algo que los inversores dan por bueno, a pesar de que a comienzos de año superaban los 12 euros. Más de un 4 por ciento ha subido Endesa, que reconquista los 18 euros por título. Hace menos de un año rozaba los 23.
El precio el gas ha comenzado a bajar en los mercados internacionales después de que Rusia haya asegurado que tomará medidas para estabilizar el mercado. Va a bombear más gas hacia Europa. Es un soplo de aire fresco para el crispado mercado energético español, ya que afecta directamente a los costes de las centrales eléctricas de ciclo combinado, que son las que queman esta materia prima para producir energía.
Cabe esperar por tanto que con un gas más barato, o menos caro, también se moderen los precios en el mercado mayorista de electricidad. Y de rebote comenzará también a contenerse la escalada de la inflación. El Fondo Monetario Internacional considera que la inflación tocará techo a finales de año, para volver a los niveles prepandemia a mediados de 2022. El BCE espera a medio plazo una inflación por debajo del 2 por ciento.
Además, hoy ha bajado el petróleo. Ayer tocó los 83 dólares, se paga hoy a poco más de 81 dólares. En algunos momentos ha llegado a negociarse a 80 dólares. Se aleja, por tanto, el fantasma de la inflación, ese ladrón silencioso que empobrece a toda la población, sin distinciones.
Los mercados han agradecido también que Estados Unidos, de momento, haya conjurado el riesgo de impago, al acordar el Congreso un aumento del techo de la deuda hasta diciembre. Algo es algo. Por su parte, las actas del último consejo del Banco Central Europeo señalan que el actual repunte de la inflación es pasajero, por lo que este organismo no considera necesario endurecer todavía su política monetaria. El BCE espera que la inflación baje del 2 por ciento a medio plazo. Revisará sus políticas de estímulo económico y su política monetaria en la reunión de mediados de diciembre.
Dentro de casa el Tesoro ha resuelto con gran éxito de crítica y pública la segunda subasta de esta semana. Ha colocado bonos y obligaciones con vencimiento a 7, 10 y 27 años, además de títulos a 15 años ligados a la inflación. Ha captado más de 4.900 millones de euros. La demanda ha superado los 8.000 millones. La rentabilidad de las obligaciones a diez años ha subido hasta el 0,456 por ciento desde el 0,336 de la subasta anterior.
Los inversores de medio mundo tienen una cita mañana con las cifras de desempleo de Estados Unidos. Los analistas esperan que la tasa de paro se reduzca una décima, hasta el 5,1 por ciento. La economía estadounidense puede haber creado en septiembre en torno a medio millón de empleos no agrícolas. En agosto se crearon 235.000. El viernes, además, se conocerá la balanza comercial de Alemania. Los expertos pronostican una fuerte reducción de su superávit. Los mercados vigilarán con especial celo todos estos datos, para comprobar hasta qué punto la escasez de semiconductores y otros componentes electrónicos afecta a la actividad de las fábricas, al crecimiento económico y a la inflación. Los observadores consideran que el estrangulamiento se prolongará, al menos, hasta mediados o finales del año próximo.