El 50% de los españoles ni leemos la factura de la luz

Pagamos la mitad que hace un año, pero debería ser 4 veces menos

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Ana Palacios explica cómo podemos reducir cuatro veces el coste de la factura de la luz

Ana Palacios

Publicado el - Actualizado

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Hagamos un ejercicio práctico. Coge tu factura de la luz y mira si entiendes todos los conceptos y cifras que aparecen. Lo más seguro es que no. Y lo más normal es que cuando te llegue la factura, lo que hagas es mirar simplemente el total. Nos quedamos contentos si no nos ha salido muy caro, y nos preocupamos algo más si ha subido ese mes. Pero realmente la factura no la vemos, solo la pagamos.

El 50 por ciento de los españoles pagamos la factura de la luz sin antes mirar que sea correcta. Pagamos la mitad que hace un año, pero según los expertos consultados por COPE podríamos pagar 4 veces menos de media.

No leemos la factura, solo la pagamos

Es importante entender la factura de la luz, según la OCU, la Organización de Consumidores y Usuarios, solo el 11% de los consumidores entiende por completo su factura. Nos conformamos con la cifra que nos aparece en la primera página, no nos ponemos a leer más allá del total. Y todo por lo difícil que nos resulta comprender los diferentes conceptos que recoge.

Diego Mateos, es CEO de GESE servicios energéticos, nos explica que no es que no tengamos una buena educación económica, sino que cada comercializadora eléctrica tiene su forma de plasmar las mediciones: “en la potencia algunos te lo ponen como kilovatios/día, otros como kilovatios/mes. Puede ser que compares dos facturas y sean totalmente distintas, pero los conceptos son los mismos”. Además, puntualiza que muchas veces el gobierno introduce novedades, que aparecen en las facturas y que nos pueden descolocar.

Entender la factura y saber lo que pagamos nos puede hacer que ahorremos mucho dinero. Señala Mateos que en un mercado que varía mucho la gente se pierde y es normal: “hace un año o dos la gente pagaba la energía carísima, ahora la mitad. Y esto les hace pensar que pagan poco, pero la realidad es que deberían estar pagando hasta 4 veces menos de media”. Podemos ahorrar en la capacidad de la potencia contratada, en el tipo de potencia y evitar perder dinero pagando otros conceptos cuando no estamos obligados.

En estos momentos, tal y como está el mercado, lo mejor es contratar la electricidad en el mercado regulado, teniendo en cuenta que la luz está casi a cero. Pero hace dos años, con la guerra de Ucrania, la situación era bien distinta. Puedes pedir a tu compañía que lo cambie, pero para eso, debes entender primero de que está compuesta tu factura.

Siempre hay que leer la segunda hoja

En la primera página de nuestra factura de la luz aparece el resumen de potencias y suministros. Pero es en la segunda página donde tenemos desglosada toda la información.

Lo primero que encontramos es la potencia, que es la capacidad contratada para que podamos encender varios electrodomésticos y luces a la vez. La potencia se paga siempre igual, aunque no encendamos nada en casa. Según el experto Diego Mateos en este caso tenemos que fijarnos que no estemos pagando más kilovatios de los que demanda nuestra casa. Para saberlo hay que fijarse en una línea donde te dice cuál es la del último año: “la gente lo tiene un 20 o 30 por ciento por encima de lo que realmente usa. Si nunca se te ha ido la luz en casa, es que tienes más potencia demanda de la que necesitas. Porque si tienes la justa, algún día si enciendes todo, la lavadora, secadora, el lavaplatos, te salta”.

Dentro de la potencia nos aparecen dos tipos. P1 o punta y P2 o valle. Mateos nos ha explicado que aquí es donde las compañías sacan margen: “la potencia se publica en el BOE, y muchas te meten un margen enorme, multiplicando hasta por 3 el precio”. Además, el P2 debe ser hasta 7 veces inferior que el P1, es mucho más barato. Si tienes una tarifa regulada, el precio que te saldrá será el que sale en el BOE. Sin embargo, con tarifa libre las compañías establecen sus precios, y en estos momentos con la energía tan barata, sacan mucho margen.

Lo siguiente que nos vamos a encontrar es el precio de la energía. Hay que distinguir entre los que tienen una tarifa libre, que siempre pagas lo mismo y que lo normal es pagar 0,13 céntimos el megavatio: “por encima de 0,15 es mejor revisar el contrato”. Y luego está la tarifa regulada, que es la marcada por el gobierno y en la que compras la energía según el precio de ese día y hora a hora.

Justo debajo tiene que aparecer el coste del alquiler de los contadores y de los equipos de medida que utiliza la distribuidora para consultar el consumo que realizamos. Son costes regulados por el Gobierno y todas las compañías tiene que aplicar el mismo.

Hay otro apartado que se llama servicios y otros conceptos. Aquí hay que estar muy atentos, porque no sabemos ni lo que estamos pagando. Mateos explica a COPE que las compañías nos meten estos cargos y luego ni los usamos: “es como cuando pagas el servicio de mantenimiento de la caldera por si se te rompe, estas pagando al mes 25 euros. Y a los 3 años cuando necesitas un técnico te dicen que lo que tiene no entra en el seguro. Te has dejado 900 euros, que podrías a ver ahorrado y el arreglo además te sale más barato”. No es obligatorio pagarlo y podemos pedir a las compañías que nos lo quiten de la factura. Estos conceptos nos pueden encarecer la factura hasta un 15 por ciento.

Y por último, tenemos los impuestos. Hasta el 31 de marzo, se estaba aplicando un 2,5 por ciento de impuesto electrónico. Desde el 1 de abril y hasta el 20 de junio, sube hasta el 3,8 por ciento. En cuanto el IVA, cuando tu factura sea inferior a 45 euros vas a pagar un 21 por ciento. Si está por encima se aplicara el IVA reducido del 10 por ciento.

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