Las pequeñas empresas, cada vez más ahogadas por los costes laborales

Han crecido un 18% desde 2019, un hecho que ya lastra la rentabilidad y el empleo de muchos negocios

Las pequeñas empresas, cada vez más ahogadas por los costes laborales

Victoria Ballesteros

Publicado el

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¿Cómo afrontan 2025 las pequeñas y medianas empresas y los autónomos? Las empresas españolas, en su mayoría pymes, encaran esta recta final del año con la sombra de una nueva subida del Salario Mínimo Interprofesional y la reducción de la jornada laboral sin rebaja del sueldo. Y lo hacen en un contexto de aumento de los costes laborales del 18% desde 2019, un hecho que ya lastra la rentabilidad y el empleo de muchos negocios. Solo en el tercer trimestre de este año los costes laborales han subido un 4% si lo comparamos con el mismo periodo del año pasado. 

Esas cifras, muy superiores a las registradas en las grandes empresas, están erosionando la competitividad de las pymes y comprometiendo su capacidad para generar empleo y mantener sus márgenes de rentabilidad, según el último informe de CEPYME, la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa. “Cualquier situación que sea susceptible de ahogar a la empresa, la microempresa -la que tiene menos de 10 trabajadores- es la primera que la sufre. Ha habido pequeñas mordidas durante los últimos años, que lo que han hecho es que los costes para el empresario sean mayores y la competetividad sea menos”, explica Alfredo Pérez, dueño de la gestoría Ayuda T Pymes. De hecho, las pymes son hoy un 12% menos rentables que hace cinco años.

La presión no se limita únicamente al ámbito laboral. Los datos muestran un incremento significativo en los concursos de acreedores durante 2024, con un aumento acumulado del 26% respecto a 2023. Este indicador refleja las crecientes dificultades de las pymes para hacer frente a sus obligaciones financieras, agravadas por la falta de liquidez y el encarecimiento de los costes operativos. Sectores como la hostelería, el comercio y el transporte, pilares fundamentales de la economía española, están entre los más afectados.

El informe destaca, además, que la capacidad de las pymes para trasladar estos incrementos de costes a los precios finales es limitada, especialmente en un contexto de desaceleración económica y menor demanda. “Cualquier cambio en los costes repercute en los beneficios, incluso, en que no tengan beneficios. Y, una de dos, o reestructuran los puestos de trabajo o modifican los precios, pero el mercado tiene que estar dispuesto a pagarlos”, añade Pérez. Esta realidad contrasta con la mayor flexibilidad de las grandes empresas, que cuentan con más recursos y opciones para gestionar el impacto de las subidas salariales y los cambios regulatorios.

La reducción de la jornada laboral sin ajuste salarial, una medida que sigue generando debate político, se presenta como otro desafío para las pequeñas empresas. En ciertos sectores, esta medida podría suponer un incremento adicional de los costes, agravando las dificultades para mantener el empleo y los niveles de productividad.

En este contexto, los expertos hablan de la necesidad de adoptar medidas que alivien la presión sobre las pymes y proponen, entre otras iniciativas, incentivos fiscales, mayor acceso a financiación, políticas de apoyo a la digitalización y una flexibilización de las relaciones laborales. Estas medidas serían fundamentales para evitar que las pymes, que suponen el 85% del parque empresarial con asalariados, pierdan capacidad de supervivencia en un entorno económico cada vez más exigente.

      
             
      

Ni la moderación de la inflación ni la moderación de los precios de la energía han podido compensar ese aumento de los costes de las pymes que ya miran de reojo la reducción de la jornada laboral sin recortar el sueldo y la subida del salario mínimo interprofesional.

En 2025, los retos podrían convertirse en barreras insuperables para muchos negocios.

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