La Reserva Federal reduce las expectativas sobre una inminente baja de tipos y las Bolsas dudan
El presidente de la Reserva Federal defendió su independencia ante "intereses políticos a corto"
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Los inversores continúan con el alma en vilo, a la espera de comprobar si los presidentes de Estados Unidos y China son capaces de acercar posturas en la reunión que mantendrán este viernes en Japón. El índice Ibex 35 ha comenzado la sesión con pequeños altibajos, pero sin separarse demasiado, de momento, de los 9.160 en los que cerró ayer.
Los analistas del banco suizo UBS creen que las Bolsas mundiales podrían caer en torno a un 20 por ciento si este fin de semana Estados Unidos y China rompen sus negociaciones comerciales. No es el escenario más probable, pero si es posible. En ese caso, los bancos centrales tendrían que tomar medidas más drásticas porque la economía global registraría crecimiento negativo durante un largo periodo de tiempo. UBS estima que pueden llegar seis trimestres de recesión.
Ayer el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, insistió en que hacen falta nuevas medidas de estímulo ante el enfriamiento de la actividad económica. Pero también dejó claro que la Reserva es independiente y no debe reaccionar de forma exagerada y precipitada. Cal y arena. Powell, por tanto, enfrió las expectativas que mantienen los mercados. El dólar, tras escucharle, se apreció frente al euro y al yen. Pese a todo, los inversores continúan pensando en que a finales de julio podría producirse una rebaja de tipos de interés en Estados Unidos.
El dinero que sale de la Bolsa busca cobijo en el mercado de deuda pública y en el oro. El vil metal sigue encareciéndose. Hoy se paga a 1.430 dólares por onza, que es su precio más alto de los últimos seis años. Ha subido un 12 por ciento en lo que va de año. A comienzos del ejercicio se pagaba por debajo de 1.300 dólares. Algunos analistas no descartan verlo a 1.600 dólares si continúa la tensión comercial entre Estados Unidos y China, si se mantiene la crispación prebélica entre Estados Unidos e Irán, y si persiste la debilidad de la economía mundial, con la consiguiente respuesta de los bancos centrales. Los expertos de Morgan Stanley van un paso más allá y sitúan su previsión para el oro en 2.000 dólares para el año que viene si la economía no levanta cabeza, si se debilita el dólar y si persisten las tensiones geopolíticas.
En el mercado de deuda pública, el rendimiento de los bonos alemanes a diez años establece hoy un nuevo mínimo histórico. Ahonda en su rentabilidad negativa. Los inversores le pagan al Tesoro alemán un 0,33 por ciento por colocar su dinero en estos títulos. El bono español ofrece una rentabilidad de tan solo el 0,38 por ciento.
La agencia Moody's podría rebajar la calificación crediticia de España si se revierte la reforma laboral y de pensiones. La agencia valora la fortaleza de la actividad económica en España y alaba las reformas estructurales que se están llevando a cabo. Moody's revisará el “rating” de España en noviembre. Actualmente se encuentra en el “Baa1” con perspectiva estable. Hace pocos días, la agencia Fitch mantuvo la calificación crediticia de España en A-, con perspectiva estable. Tras las elecciones, espera una política económica sin grandes cambios, al tiempo que no teme un sustancial incremento de la tensión política en Cataluña. Fitch Ratings considera que España debe hacer nuevos ajustes para reducir el déficit público. Espera un crecimiento el PIB español del 2,3 por ciento en el ejercicio en curso y del 1,7 en 2020.
En el mercado de materias primas, el petróleo, en medio de la tensión entre Washington y Teherán supera los 65 dólares por barril. El presidente Trump ha amenazado con responder “con una fuerza abrumadora” a cualquier ataque procedente de Irán.