Se triplica la demanda de móviles sin Internet: ¿Nos estamos hartando de la hiperconexión?
España está a la cabeza del interés por este tipo de teléfonos con un incremento de la demanda del 214% en el último año, pero la tendencia es en toda Europa
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En un año se ha triplicado la demanda de móviles sin Internet en nuestro país. España está a la cabeza del interés por este tipo de teléfonos con un incremento de la demanda del 214% en el último año, pero la tendencia es en toda Europa: Italia ha incrementado un 180% su venta y Francia un 118 %.
Son teléfonos que solo permiten hacer llamadas y enviar un SMS. No dan acceso a redes sociales ni a aplicaciones ni a juegos complejos. El Estudio Generación SPCial sobre hábitos de desconexión digital de los jóvenes españoles, realizado a españoles de entre 18 y 35 años, revela que el 75,5 % se ha propuesto utilizar el móvil durante menos tiempo, y que el 56,5 % ha considerado hacer una desintoxicación digital. Hasta un 38 % desearía desinstalar las redes sociales de su dispositivo.
De regreso a los años 90
Una vuelta a los años 90 que algunos hacen por nostalgia y otros buscando una desintoxicación tecnológica. El caso es que esta oleada de interés por los “móviles tontos” coincide con la gran cantidad de estudios científicos que vinculan el abuso del móvil inteligente con muchos problemas de salud, física y mental.
También con las constantes advertencia por parte de todos los expertos de los peligros y retos que suponen para los menores. De hecho, una de las recomendaciones que ha hecho el gobierno es que los menores de 16 años no tengan teléfonos con conexión a internet.
Proteger, protegerse, conciliar
“Son una de las alternativas de los padres como primer móvil para sus hijos menores-nos cuenta Jorge Flores, de Pantallas Amigas-porque les mantiene conectados con sus hijos y al tiempo les protege de los retos que plantea intternet”.
Aunque es muy difícil calcular cuántos se venden en España actualmente, el estudio de SPC recoge que el 12,2 % de los usuarios ya ha cambiado su teléfono inteligente por un "teléfono tonto”.
Otra de las razones que los adultos encuentran para utilizar estos terminales, es la desconexión en su tiempo libre. Dejar el smarphone o el iphone en un cajón para disfrutar sin presión el tiempo libre o conciliar.
En definitiva “es un proceso paralelo a las evidencias científicas y es un proceso para protegerse los adultos y para proteger los padres a los hijos”, reflexiona Iñaki Ortega, co autor del libro “la buena tecnología”.
¿Combinar dispositivos?
El experto, directivo de Llyc, entiende que la decisión debe tomarse tras un proceso de reflexión personal porque “cuando uno sabe que no puede controlar ese uso equilibrado, es una solución respetable, pero son soluciones personales fruto de un análisis muy íntimo en cómo eres capaz de controlar ese uso excesivo.
Cada vez hay más personas que quieren separar esa vida profesional y personal con este método, hay otros que no lo necesitan porque tienen fuerza de voluntad. Pero es un asusto muy personal y dependiendo de las circunstancias personales y profesionales”.
Una solución intermedia que también utilizan los adultos es combinar los dos dispositivos, porque “los teléfonos inteligentes proporcionan mucho más que una comunicación o acceso a internet, nos proporcionan información, nos pueden servir de brújula… En fin, es muy difícil sin un smarphone, pero es posible vivir alternado el uso y combinando los dos dispositivos, cada uno tiene una función y creo que ambos son compatibles”.
La tendencia va a crecer, como todo, tendrá un efecto burbuja"
Un paso atrás imposible
La tecnología ha facilitado nuestra vida y está implantada. El directivo de Llyc cree que “la tendencia va a crecer, como todo, tendrá un efecto burbuja porque son muchos los informes que demuestran los problemas que provoca el uso excesivo en la salud, entonces subirá mucho para luego estabilizarse”.
Iñaki Ortega está convencido de que la solución vendrá de la propia tecnología. De hecho, casi el 28 % de los usuarios ya comprueba a través de registros y aplicaciones qué uso hace de determinadas aplicaciones, como las redes sociales.
“Estoy seguro- afirma-que este proceso de los teléfonos tontos crecerá, se estancará y se quedará en un porcentaje exiguo de la población que lo hará, pero la propia tecnología establecerá los controles y los mecanismos para poder vivir y disfrutar de la tecnología sin miedo a las consecuencias negativas que pueda tener”.