Sánchez fía su suerte a espolear el voto en el sprint final

El núcleo duro del Presidente se consuela: “No hay trasvase entre bloques”

Sánchez fía su suerte a espolear el voto en el sprint final

Ricardo Rodríguez

Publicado el - Actualizado

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La vuelta a las urnas promete convertirse en un experimento que va a poner a prueba los nervios del equipo de campaña del PSOE. El cierre de filas permite a Pedro Sánchez avanzar en la carrera electoral sin sobresaltos internos, pero a la organización le influyen las encuestas que vaticinan ahora mismo un traspié. La cúpula se encierra en sí misma, las federaciones se intranquilizan, pero el líder parece convencido de que el resultado el 10-N no se parecerá a los pronósticos por la “gran volatilidad” del electorado y “aún debe jugarse la campaña”.

El transcurso de los acontecimientos en Cataluña ha llegado a elevar el pesimismo interno, con un volantazo incluido de la estrategia inicial de Sánchez de amagar con el 155 a la receta de la moderación ante la crisis en el intento de contener un descenso en las perspectivas del PSC, vital para la cuenta final, que aspira a hacerse con el pódium en la comunidad autónoma ante la división de los separatistas con la presencia de la CUP como nuevo actor. Y es que el fracaso socialista de atraerse a los descontentos con Albert Rivera ha forzado un control de daños.

Así las cosas, los estrategas han buscado desviar la atención del debate al traslado de Francisco Franco del Valle de los Caídos. Sánchez, plenamente consciente de la repercusión de cualquier controversia, ha querido jugar a azuzar a VOX para frenar una subida del PP, dejar a Pablo Casado anclado en el 20% del voto, y el PSOE repetir el 28%. La polarización con, de nuevo, el discurso del miedo ayudaría en el sprint final ahora que, según ha sabido la Cadena COPE, vaticinios en manos de Sánchez arrojarían una horquilla entre 120 y 130 escaños.

“El PSOE irá de menos a más”, remacha el núcleo duro de Pedro Sánchez que, por ahora, haya consuelo en esa ausencia de trasvase de votos entre bloques. “PP y Vox crecen sí, pero a costa del desplome de CS”, avisan esas fuentes que en ningún caso ve al centro-derecha con capacidad de sumar a nivel nacional. Tal variable se antoja imposible con los datos con los que trabajan. Un “empujón final”, en la última semana, permitiría a los socialistas despegarse de los populares y consolidar a Sánchez en la creencia de que una mayoría de votantes le harán ganar las elecciones. De momento, no obstante, aparece con pies de barro.

Los oráculos del presidente del Gobierno han dibujado el escenario más probable. Según ellos, Pablo Casado va a acabar debatiéndose entre los 85 y los 95 diputados y “sobrándole días de campaña”. En cuanto al resto, o al menos el tercero, cuarto y quinto en liza, se moverán desde el 9% al 12% de los sufragios. Restan únicamente dos semanas para los comicios y cualquier acontecimiento, acierto o error puede modificar el tablero político. La carrera electoral promete ser una guerra sin cuartel para arañar votos entre indecisos y seducir a abstencionistas.

Ahora bien, el escenario electoral apunta con más claridad la idea de quizá la única salida pase por una fórmula de investidura pactada únicamente entre los dos principales partidos. Y, de hecho, pesos pesados del PSOE vienen fantaseando con una abstención del PP. Esa página, en cualquier caso, de darse, está todavía por escribir.