Sánchez tropieza en Cataluña con su primera prueba de fuego

El secretario general del PSOE quería hacer valer su voz sobre el futuro de Cataluña y tenía clara la hoja de ruta a seguir. Definitivamente, el 21-D la hará imposible

Sánchez tropieza en Cataluña con su primera prueba de fuego

Ricardo Rodríguez

Publicado el - Actualizado

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Pedro Sánchez tampoco consiguió en esta ocasión superar a uno de sus grandes enemigos, las expectativas. Los diecisiete escaños del PSC no fueron ni de lejos los resultados esperados en la sede de Ferraz. Fuentes del PSOE reconocieron este 21-D, con rostros serios, que las urnas habían arrojado “un mal resultado” para el socialismo. Lo cierto es que el voto útil a C's, sobre todo, y la polarización entre bloques e incluso, según algunas voces, la campaña agresiva del PP empañó la arriesgada apuesta por la transversalidad de Miquel Iceta.

Terminar esta carrera con una ligera mejoría respecto a los resultados de 2015, cuando obtuvieron 522.209 votos (12,74%), frente a los 602.969 (13,88%) de esta ocasión, no pasa del aprobado raspado a la gestión de Iceta al frente de los socialistas catalanes. Otra cosa es, a partir de hoy, como pueda rentabilizar el propio Sánchez los parlamentarios conseguidos. La cita con las urnas en Cataluña debía, antes de celebrarse, servir de trampolín al nuevo PSOE. Para ello, el panorama de la gobernabilidad debía despejarse por el flanco no independentista.

Ahora bien, las cábalas socialistas pasaban por terminar de allanar el camino de una investidura de Miquel Iceta. Así lo creyó, al menos, Pedro Sánchez que aspiraba ver un Ejecutivo transversal, en minoría, del primer secretario del PSC. El secretario general estuvo convencido de que los resultados situarían a Iceta en la pista de salida para llegar a Sant Jaume al frente de un Gobierno basado en el diálogo, la concordia y el acuerdo. En consonancia con esas cuentas de la lechera, la repercusión sería muy grande en todo el país y Sánchez la rentabilizaría, esencialmente, de entrada, con la propuesta de una reforma de la Constitución en clave federal.

Sin embargo, la escuálida proeza de la marca hermana se trasmuta en el primer fracaso de la “segunda vida” de Pedro Sánchez al frente del PSOE. Una nueva gota en el vaso del partido. Miembros de la Ejecutiva Federal mostraron en conversación con la Cadena COPE su sorpresa por el resultado del PSC, el segundo peor de su historia. El tramo final de la campaña electoral pudo hacerse cuesta arriba, pero siempre confiaron en estar en una horquilla por encima de los 20-22 escaños. En el entorno del secretario general llegaron incluso a vaticinar pisar los talones a C's. El globo de Iceta se desinfló y Sánchez se pudo sentir más lejos de La Moncloa.

El PSOE podrá insistir en sus recetas para solucionar la crisis en Cataluña, mantener su fluida interlocución con el Gobierno de Mariano Rajoy, pero el papel preponderante en el Parlamento catalán lo tendrá una incuestionable Inés Arrimadas. Encima, y más de un miembro del núcleo duro de Pedro Sánchez lo vio con amargura, el PPC ha quedado confinado en el Grupo Mixto con la CUP y “ha sido invalidado para la mediación institucional”. Con todo, el panorama general aún resulta peor. El 21-D deja un frente independentista con mayoría absoluta. “Hemos vuelto a la casilla de salida”, apuntaba a la Cadena COPE, con rostro serio, José Luis Ábalos.

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