El 'efecto Illa' gana las elecciones, pero no desbanca a la mayoría independentista en Cataluña
La llegada de Salvador Illa ha consolidado al PSC como líder de la alternativa al independentismo, pero no ha bastado para impedir la mayoría independentista
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Salvador Illa ha sido el candidato más votado en las elecciones catalanas. Una victoria con un sabor amargo, ya que parece complicado que el exministro pueda convertirse en presidente de la Generalitat. A pesar de esta dificultad, Illa ha anunciado que se presentará a la investidura para tratar de liderar el gobierno de Cataluña. Para ello, deberá negociar con ERC, algo que Illa ha negado que haría por activa y por pasiva.
Illa se presentará a la investidura
Tras su victoria, Salvador Illa ha asegurado que Cataluña ha votado cambio, un cambio que, ha asegurado "llegará antes o después". Por eso, Salvador Illa ha anunciado que se presentará a la investidura y tratará de liderar el Govern de la Generalitat. Illa ha querido mostrar su agradecimiento a aquellos que le han apoyado en la campaña, entre ellos Iván Redondo, para el que ha tenido palabras de agradecimento y cariño.
Illa, el ministro encumbrado por la izquierda en mitad de una pandemia
Salvador Illa ha sido sin duda el gran protagonista de la campaña electoral en Cataluña. Convertido en protagonista de todos los telediarios en el último año por su gestión de la pandemia, su omnipresencia mediática le convirtió en uno de los ministros más conocidos por los españoles.
A pesar de la discutible gestión de la pandemia por parte del Ministerio de Sanidad, especialmente en la primera ola, con una de las mortalidades más elevadas de Europa y diversos errores a la hora de comprar material para proteger al personal sanitario, Illa se convirtió en uno de los ministros más valorados por la ciudadanía, especialmente entre los votantes de PSOE y Podemos.
Hacía meses que el PSC era el favorito a liderar el bando constitucionalista, tras el previsible descalabro de Ciudadanos y los buenos resultados cosechados en Cataluña por el partido de Pedro Sánchez en las dos últimas elecciones generales.
No obstante, Miquel Iceta no acababa de convencer ni en Ferraz ni en Cataluña, por el desgaste al que se vio sometido durante el procés, y su imagen no era especialmente bien vista ni por el votante más cercano a Podemos y el nacionalismo, que lo asocia con el 155, ni por el votante constitucionalista, que lo acusa de ser demasiado tibio con el independentismo. La maniobra fallida de Sánchez para intentar convertirlo en presidente del Senado ya anticipaba que el futuro de Iceta estaba lejos de Cataluña.
En estas, Iván Redondo y Pedro Sánchez se encontraron con un Illa inesperadamente popular y la maquinaria electoral de Ferraz no podía dejar pasar la ocasión de colocar al ministro estrella al frente de la candidatura socialista. Así el ministro de Sanidad abandonó el ministerio en plena tercera ola para hacer campaña electoral.
Una maniobra que, sobre el papel salió bien, ya que el conocido como 'efecto Illa' sirvió para dar el empujón final al candidato en las encuestas. Por primera vez en la legislatura, el PSC comenzó a liderar en intención de voto en algunos de los sondeos, por delante de ERC.
Todos contra Illa
Así las cosas, la campaña de las elecciones catalanas se convirtió en un "todos contra Illa", y todos los candidatos, con excepción de la candidata de En Comú Podem, Jessica Albiach, centraron sus ataques en el candidato socialista.
Desde el lado constitucionalista, Ciudadanos, PP y Vox criticaron con mucha dureza la gestión de la pandemia y los continuos bandazos del ministerio de Sanidad bajo la supervisión de Illa, además de las diversas contradicciones y mentiras en las que Illa cayó durante su etapa como ministro.
Desde el bando constitucionalista se ha acusado además a Illa de intentar reeditar en Cataluña el pacto que los socialistas mantienen en el Gobierno central con ERC, algo que Illa ha negado en numerosas ocasiones, asegurando que su intención es liderar un gobierno con el apoyo de En Comú Podem. No obstante, Illa ha reiterado su predisposición a mantener la llamada mesa de diálogo con los independentistas y ha dejado la puerta abierta a indultar a Oriol Junqueras y el resto de políticos presos.
Desde el independentismo, Illa se ha convertido también en el enemigo a batir. Acusado de 'carcelero' por los independentistas, que también han criticado sin piedad su gestión de la pandemia, hasta el punto de que los partidos independentistas, ERC, Junts, PDeCAT y la CUP firmaron un documento en el que se comprometían a no pactar con el PSC tras las elecciones.
La última polémica se produjo a consecuencia de la PCR que el candidato socialista se negó a hacerse antes del debate de TV3, una prueba a la que el resto de candidatos sí se sometieron. Illa justificó su negativa asegurando que era un dispendio innecesario realizarse una prueba sin tener síntomas ni haber estado en contacto con ningún positivo, pero su explicación no fue suficiente para el resto de partidos.
Illa, ¿líder de la oposición o tripartit?
Si el PSC y ERC mantienen sus vetos cruzados y si los independentistas deciden mantener la coalición de los últimos años, Illa estará destinado a liderar la oposición en Cataluña. Un puesto poco agradecido, en el que no está claro si se mantendrá o no. Si finalmente se rompen los vetos, Illa podría aspirar a liderar el Govern o a ser el vicepresidente de Aragonès, en función de cómo se desarrollen las negociaciones.