Kamala Harris acepta la derrota, pero no renuncia a la lucha para que la luz vuelva a EE.UU.
La victoria de Trump fue anunciada la misma madrugada de las elecciones al conseguir más de los 270 compromisarios necesarios, la demócrata tiene 226 delegados frente a los 295 del republicano
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Este miércoles, tras la pérdida de las elecciones presidenciales frente al expresidente Donald Trump, Kamala Harris, vicepresidenta de Estados Unidos, dirigió un emotivo discurso en el que aceptó su derrota, pero dejó claro que su lucha por un futuro mejor para el país no ha terminado. En su primera intervención pública desde la declaración de la victoria de Trump, Harris expresó su compromiso con los valores fundamentales de la democracia y subrayó que la lucha que impulsó su campaña continuará, a pesar del resultado.
En un acto celebrado en la Universidad de Howard, en Washington, Harris comenzó su discurso con una declaración rotunda: "Aunque acepto la derrota, no renuncio a la lucha que impulsó esta campaña". Visiblemente emocionada, la vicepresidenta subrayó que el principio de aceptar los resultados electorales es uno de los pilares de la democracia estadounidense, un mensaje que parecía aludir, de manera velada, al expresidente Trump, quien se negó a reconocer su derrota en 2020 ante Joe Biden.
A pesar de reconocer que el resultado electoral no era el que había esperado ni el que su campaña había trabajado por alcanzar, Harris reafirmó su esperanza en el futuro del país. “El resultado no es el que queríamos ni por el que trabajamos, pero la luz del EE. UU. prometido volverá mientras sigamos trabajando y sigamos luchando”, afirmó, con un tono optimista y lleno de determinación. Estas palabras reflejaron su confianza en que el camino hacia un Estados Unidos más justo y libre no se detendría con su derrota electoral.
La vicepresidenta también destacó el sentido de unidad que caracterizó su campaña. Agradeció profundamente a su equipo, su familia, al presidente Biden y al gobernador Tim Walz, quien fue su compañero de fórmula presidencial. Harris recordó con orgullo los 107 días de campaña en los que se esforzaron por construir coaliciones y comunidades unidas por el amor a la patria, sin importar las diferencias. “Nos propusimos construir una comunidad, uniendo a personas de todos los ámbitos y orígenes”, señaló en un claro mensaje de inclusión.
A lo largo de su intervención, Harris dejó claro que la lucha por las causas que defendió durante su campaña no ha terminado. Hizo un llamado a seguir adelante en la batalla por un futuro en el que todos los estadounidenses puedan perseguir sus sueños, un futuro en el que las mujeres tengan el derecho a decidir sobre su propio cuerpo y en el que se protejan las escuelas y las calles de la violencia armada.
“Nunca renunciaré a la lucha por un futuro en el que las mujeres de Estados Unidos tengan la libertad de tomar decisiones sobre su propio cuerpo y que el gobierno no les diga qué hacer”, afirmó, con firmeza. También mencionó la importancia de seguir luchando en las urnas, en los tribunales y en la plaza pública, demostrando su inquebrantable determinación para cambiar las políticas que considera injustas.
A pesar de la derrota, Harris reiteró su compromiso con la democracia y destacó la importancia de una transición pacífica de poder. Felicitó a Donald Trump por su victoria y expresó que trabajaría para garantizar que el proceso de transferencia de poder se realice de manera ordenada y respetuosa. Su mensaje fue claro: la democracia debe prevalecer, y los resultados deben ser respetados por todos.
La victoria de Trump, anunciada en la madrugada del miércoles, se consumó tras alcanzar los 270 compromisarios necesarios del Colegio Electoral, mientras que Harris sumaba 226 delegados. A pesar de las cifras, la vicepresidenta demócrata mostró una actitud de resiliencia y perseverancia, dejando en claro que su lucha no se detendrá con su derrota en las urnas.
A lo largo de su discurso, Kamala Harris reafirmó que su misión de trabajar por una América más inclusiva, justa y libre sigue viva. A pesar de la pérdida electoral, se comprometió a seguir luchando por un futuro en el que las libertades individuales sean respetadas y protegidas. "Nos gusta el trabajo duro", concluyó, mostrando que el espíritu de su campaña no se apaga con una derrota electoral, sino que se transforma en un motor de cambio para seguir luchando por un país más equitativo y unido.