El PP advierte a Sánchez: “No será su plan B si fracasan sus negociaciones con ERC”

En Génova no entienden la estrategia de Sánchez, que quemó las naves con el PP lanzándose a los brazos de Podemos a las 36 horas de los comicios

Pablo Casado al frente de una reunión del Partido Popular

María Dabán

Publicado el - Actualizado

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Conforme pasan los días, ERC va subiendo su órdago a Pedro Sánchez para apoyar su Gobierno de coalición con Podemos. Gabriel Rufián presumía incluso de poder sentar a Sánchez en una mesa de negociación porque ha sido “derrotado”. Toda negociación tiene su parte de drama, y puede que en esta obra haya mucho de sobreactuación, pero en Génova, lanzan ya un aviso a navegantes: no piensan ser el plan B del líder socialista.

La portavoz en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo aseguraba que, si la maniobra de Pedro Sánchez es pedir la abstención del PP en caso de que fracase su intento de pactar con Podemos y los independentistas, el presidente en funciones debería “perder toda esperanza”. Y es que, añadía, si los populares dieran ese paso no estarían siendo “patrióticos, sino masoquistas”.

En el PP piensan que Sánchez les sigue despreciando. No ha devuelto la llamada que le hizo Pablo Casado la misma noche de las elecciones, y solo ayer la portavoz en el Congreso, Adriana Lastra se dignó a llamar al secretario general popular, Teodoro García Egea, para pedirle que participara en el intento de aislamiento de Vox en las negociaciones de la Mesa del Congreso, cosa a la que el número dos del partido, se negó.

En Génova no entienden la estrategia de Sánchez, que quemó las naves con el PP lanzándose a los brazos de Podemos a las 36 horas de los comicios, pero el problema es que ya no se fían de él. No podemos, advierten fuentes del partido, ni pedirle que firme un papel, porque lo iba a incumplir al día siguiente. Y abstenerse supondría también dejar todo el terreno de la alternativa política a Santiago Abascal. Así pues, Casado ha optado por esperar, mantenerse en su posición, pase lo que pase y, ver cómo se desarrollan los acontecimientos. Y si en el futuro hay que hablar, la primera condición estará clara: con Sánchez, no.

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