Carta a Aina Vidal, de enferma de cáncer a enferma de cáncer

"Me emocionó verte en el Congreso", asegura en su carta 

Carta a Aina Vidal, de enferma de cáncer a enferma de cáncer

Ana Luisa Pombo

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La diputada de Unidas Podemos Aina Vidal recibió este martes un emotivo aplauso de las bancadas socialistas, de su grupo y de otras formaciones presentes en el Congreso al acudir a la segunda votación de la investidura de Pedro Sánchez a pesar de su enfermedad. Vidal explicó en redes sociales la razón por la que no pudo acudir al Congreso el domingo, cuando tuvo lugar la primera votación de la investidura. Dijo que está enferma de cáncer, un cáncer agresivo que le provocar fuertes dolores. Afirmó también que está en tratamiento y que confía en superarlo.

Pablo Iglesias se acordó de ella nada más tomar la palabra en el debate previo a la segunda votación. Tras estas palabras, la mayoría de la Cámara se puso en pie para aplaudir a la parlamentaria catalana, y ella, entre lágrimas, agradeció el gesto, también en pie. 

Ana Luisa Pombo, una enferma de cáncer ha escrito una carta a Aina Vidal horas después de vivir desde su casa este momento para darle todo su apoyo y demostrar que con el respaldo de todos, se puede vencer al "bicho". 

Hola, Aina. Soy, como tú, una enferma de cáncer. 

Ante todo, quiero hacerte llegar un abrazo muy grande y decirte que, por muy bravo que sea ese toro que estás lidiando, al bicho también se lo vence, del cáncer, incluso cuando está avanzado, también se sale y hay cientos de miles de pruebas de ello. 

Te escribo aunque hoy no es mi mejor día porque, como estarás comprobando en primera persona, a los enfermos de cáncer cualquier pequeña cosa nos afecta y a mÍ, lo que ocurrió ayer en el Congreso, que no es cosa pequeña, me ha dejado tocada al pensar en el futuro, incierto e inquietante futuro, que le voy a dejar a mi hija y que a tenor de lo que estamos viendo,  va a ser mucho menos libre, menos  tranquilo y menos pacífico que el presente que yo estoy disfrutando y que me habría gustado dejarle mejorado. 

Tengo que decirte que ayer, mientras tú contenías las lágrimas ante los aplausos de tus compañeros del Congreso, las mías desbordaban entre sentimientos encontrados. Por un lado porque, parafraseando a Unamuno, soy española, española de nacimiento, de educación, de cuerpo, de espíritu, de lengua y hasta de profesión y oficio y conociendo los planes de tu partido para mi Patria, me hubiera gustado que no hubieras ido al Congreso a votar, que tu voto se hubiera quedado preso en un día de batalla que no de dolor, pero por otro, como ser humano y sobre todo como enferma de cáncer, me emocioné al verte allí en pie, agradecida, e imaginé lo importante que era para tí, enferma de cáncer que aún sabiendo que el mañana existe y te espera, vives en la dolorosa incertidumbre de pensar si tú, como todos nosotros, lo verás amanecer

Me emocionó verte en el Congreso porque comprobé una vez más que la enfermedad en general y el cáncer en particular, nos iguala a todos y nos hace fuertes y, en aquel momento tú eras la prueba de que por dura que sea la batalla, siempre encontramos fuerzas para levantarnos y decirle al mundo y al bicho que derrotarnos le va a costar mucho, muchísimo. 

¿Qué pudo más en mis sentimientos encontrados, mi animadversión a la deriva a la que pretende conducirnos tu partido y el gobierno del que ya forma parte o el ejemplo de una mujer luchadora capaz de olvidar sus dolores y sus miedos para defender sus ideas, unas ideas por cierto en las antípodas de las mías?. Tengo que reconocer que me pudo tu imagen de mujer luchadora y comprometida a pesar de que tu compromiso sea contrario a mis valores y a mi visión del futuro. 

Por eso, Aina, unidas en la neutralidad de la enfermedad que compartimos, me pide el corazón escribirte y pedirte que sigas así, porque, como decía al principio, del cáncer también se sale y no es una frase vacía ni una perogrullada para llenar unas lineas sino una realidad, porque la Sociedad Española de Oncología Médica, con datos reales, dice que en España, el 53 por ciento de los enfermos de cáncer nos curamos y digo “nos”, porque yo, que arranqué de un cancer avanzado, creo firmemente en mi curación aunque tenga que esperar los cinco años preceptivos para que mi oncólogo la certifique y deseo la tuya con igual fuerza. 

Cuando el día amanezca duro, entre vómitos incontrolables y cansancio infinito, por favor, no te vengas abajo. Piensa que cientos de miles de enfermos posiblemente habremos amanecido igual, pero mañana estaremos tan fuertes que seremos capaces de comernos el mundo y por supuesto de superar las arremetidas del bicho.

No estás sola en tus dolores, en tus miedos ni en tu lucha porque, gracias a Dios, hoy vamos ya - muchas veces - varios pasos por delante del bicho al que se le ganan muchas, muchísimas batallas, porque tenemos a nuestro alcance médicos excepcionalmente preparados, porque la sanidad pone a nuestro alcance los últimos y mejores tratamientos con la esperanza puesta en la inmunoterapia personalizada que nos libre de esos efectos secundarios de la quimio tradicional que nos deja hechas polvo pero que tantas veces nos salva la vida y gracias a las nuevas tecnologías, como las que Amancio Ortega pone generosamente a nuestra disposición para ayudarnos en esta lucha sin cuartel. 

Espero que tu jefe que ayer te entregó tan espectacularmente un ramo de flores que nos emocionó a tantos, espero digo, que con tu ayuda y siendo testigo de tu experiencia, recapacite, rectifique y agradezca la generosidad y la ayuda que nos presta Amancio Ortega o cualquier otro que tenga a bien invertir su dinero privado en nuestra supervivencia. Estoy convencida de que se lo harás ver porque esta lucha de tantos, Aina, solo se puede ganar apostando a lo grande y hacerlo entre todos. 

Un abrazo y recuerda que el bicho ya no es invencible porque, cada día, tenemos más papeletas para derrotarlo.