La desaparición de Henry el pasado fin de año continúa siendo un misterio

El paradero del joven de 20 años se desconoce tras la discusión que mantuvo con su compañero de piso

La desaparicion de Henry el pasado fin de año continúa siendo un misterio

José Melero Campos

Publicado el - Actualizado

2 min lectura

Continúa siendo un misterio lo ocurrido el pasado 1 de enero en la localidad alicantina de Orihuela Costa. Aquella noche, Henry, de 20 años, abandonó la vivienda en la que residía tras una disputa que mantuvo con su compañero de piso. Los hechos ocurrieron mientras celebraban la Nochevieja. Su cumpleaños fue hace unos días. La madre de Henry, Georgina, está destrozada: “Le sigo esperando”, lamenta entre lágrimas.

Según algunos testigos de la fiesta, el compañero de piso de Henry le golpeó sobre las cuatro de la mañana, sin conocerse los motivos. Desde entonces, no se sabe nada de su paradero. Lo único de lo que dispone la investigación es de un vídeo que grabaron los amigos, en el que se observaba a Henry pedir auxilio a su madre: “A la mañana siguiente, le llamé al móvil y aparecía apagado. Ya fue el segundo día cuando di aviso a la Guardia Civil y contacté con los hospitales, pero no aparecía. Localicé a algunos amigos que estuvieron esa noche. Me confirmaron que algo malo había ocurrido. Cada uno me daba una versión distinta.”

Más de seis meses después, la investigación no ha arrojado ninguna pista fiable del paradero de Henry. El presunto agresor, de origen islandés, fue denunciado, pero a día de hoy está en libertad, tal y como nos cuenta Georgina: “Los amigos de Henry declararon que el compañero de piso de mi hijo le propinaba golpes que sonaban como petardos. Pese a todo, no está detenido.”

Georgina ha confesado que su hijo era demasiado bueno por confiar en todo el mundo: “Era tan bueno que decidió irse a vivir a casa del amigo que le pegó, porque afirmaba que le daba pena, ya que no hablaba español. Yo traté de frenarle, porque no me fiaba de su amigo. De hecho, antes de que Henry se trasladara al piso con él, el anterior compañero fue hallado muerto.”

Delgado, 1,88 de estatura, cabello rizado, moreno, blanco de piel y con un llamativo tatuaje con cara de tigre en el antebrazo son algunos de los rasgos de Henry. A nivel personal, relata su madre, es una persona muy tranquila: “Nunca se ha peleado con nadie. En el instituto le pegaban. Era su hermano mayor quien le defendía. Henry era muy estudioso. Quería ser Guardia Civil.”

Georgina reconoce que ya no sabe qué hacer para encontrar a su hijo: “Mi día a día es un calvario. Mi hija ha tenido que ir al psicólogo por lo mal que lo está pasando. Apenas quiere comer, porque Henry siempre comía con él. Yo intento poner buena cara delante de ella, pero es consciente de que no soy feliz. Estoy destrozada.”

Pese a todo, Georgina no se rinde, y confía en que su hijo esté vivo: "Yo tengo la esperanza de encontrar a Henry con vida. Todos los días le buscó hasta las 4 o 5 de la mañana.”