Edmundo Bal: el abogado del Estado purgado por Sánchez que intentará salvar las cenizas de Cs

En su carrera jurídica se enfrentó al Ejecutivo de Sánchez cuando se mantuvo firme en su acusación por rebelión para los protagonistas del "procés"

Edmundo Bal: el abogado del Estado purgado por Sánchez que intentará salvar las cenizas de Cs

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Edmundo Bal, el abogado del Estado que acusó en Gürtel, defendió que hubo rebelión en el 1-O y se ha erigido como un puntal de Inés Arrimadas, deja el Congreso para presentarse a la presidencia de la Comunidad de Madrid, en un movimiento casi desesperado de Ciudadanos para no perder cancha en esa plaza.

Le ha tenido que costar mucho a Arrimadas dejar ir a Bal, que hasta ayer mismo negó que fuera a ser el candidato en Madrid afirmando que era necesario en la cámara baja, donde hace un roto a la presidenta de Ciudadanos, muy apoyada en él en los últimos tiempos de convulsión política.

De perfil técnico y moderado, cercano y simpático, Bal fue uno de los fichajes sorpresa de Albert Rivera para las elecciones de abril de 2019 y le ha guardado lealtad desde entonces. No se ha escuchado de su boca una palabra de crítica hacia él desde que salió de Ciudadanos.

Y es que Rivera le rescató del puesto en la Fiscalía al que en noviembre de 2018 le había relegado la abogada general del Estado, Consuelo Castro, recién nombrada por el Gobierno de Pedro Sánchez. Bal quería acusar por rebelión a los responsables del "procés", en la línea de la Fiscalía, mientras que Castro optó por la sedición.

Su moderación política contrasta con su actitud en las campañas electorales, donde disfruta protagonizando mítines en los que se caracteriza por su elocuencia y por transmitir el entusiasmo de un político de carrera, sin serlo.

De su etapa en la Abogacía General del Estado conoce al alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, con quien intercambia elogios, y sus colegas de carrera jurídica hablan de él como una persona técnicamente muy buena y casi "famosa", gracias a un don de gentes que no ha perdido en sus años de político.

No en vano, Bal estuvo 16 años dirigiendo la acción jurídica del Gobierno en causas como la de los Pujol, el "procés" y Gürtel. Fue la cabeza visible de la Abogacía en el juicio contra la trama corrupta de Francisco Correa y no se limitó a un papel testimonial.

Tachó de "cáncer" a la red y en su alegato final pidió una sentencia "ejemplar", la misma que luego hizo caer al Gobierno de Mariano Rajoy.

En su carrera jurídica también se enfrentó al Ejecutivo de Sánchez cuando se mantuvo firme en su acusación por rebelión para los protagonistas del "procés", unas discrepancias que le valieron el puesto. Y es que su simpatía natural esconde firmeza de carácter, que canaliza en sus dos aficiones: las motos y la música.

Bal marca el ritmo con sus baquetas para el grupo Vitamina C, con quien hace algo más de un mes tocó el tema "La suerte de ser libres" en una azotea de Barcelona, al atardecer y con Arrimadas entre el público. Ahora, le disputa el concepto de libertad a Isabel Díaz Ayuso.

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