España-Cuba, una relación marcada por el vínculo español de los Castro
Pedro Sánchez realizará a finales de noviembre una visita a la isla, la tercera oficial de un presidente español
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Pedro Sánchez será el tercer presidente del Gobierno español que visitará oficialmente Cuba. Este será un paso en las relaciones diplomáticas entre ambos países, pero el primero sin los Castro como máximos mandatarios del régimen comunista.
Será, desde que España estableciera relaciones diplomáticas con Cuba en junio de 1902, tras conseguir la independencia en 1898, la tercera visita oficial de un presidente del Gobierno español desde la primera de Adolfo Suárez en 1978.
Cuando llegue Sánchez a La Habana será la tercera visita oficial como tal de un presidente español a la isla caribeña.
La primera la protagonizó Adolfo Suárez en septiembre de 1978, un año después elegido presidente del Gobierno al finalizar la dictadura.
Hasta 1986 un presidente español no volvió a pisar Cuba en visita oficial. Lo hizo Felipe González, en el mes de noviembre.
Pero además de visitas oficiales, también ha visitado la isla José María Aznar siendo presidente del Gobierno. Fue en noviembre de 1999 para participar en la IX Cumbre Iberoamericana. En aquella jornada, Aznar iba acompañado de los reyes Juan Carlos y Sofía.
En noviembre de 2016, de nuevo el rey Juan Carlos se trasladó hasta La Habana para asistir a un acto por la muerte de Fidel Castro.
Otro representante del Gobierno que ha viajado a Cuba fue el exministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos. Además, visitó la isla en varias ocasiones. La primera en 2007 cuando ocupaba esta cartera en el Gobierno de Rodríguez Zapatero. Moratinos volvió a La Habana en 2009 y también en 2010. Y además realizó una visita sorpresa en 2011, cuando también fue recibido por Raúl Castro.
Ambos, esta vez sí con Rodríguez Zapatero en la expedición, acudieron a La Habana en 2015 para entrevistarse con el presidente Raúl Castro y su canciller Bruno Rodríguez.
Por parte del Gobierno de Mariano Rajoy, varios ministros pisaron suelo cubano para ser recibidos por Raúl Castro.
Aunque el primer intento fue fallido. El ministro de Exteriores José Manuel García Margallo viajó a Cuba en 2014, pero Raúl Castro le dio plantó.
En 2016, visitaron conjuntamente la isla José Manuel García-Margallo, ministro de Exteriores, y Ana Pastor, ministra de Fomento entonces.
El sucesor de García Margallo, Alfonso Dastis, visitó Cuba en septiembre de 2017. Aunque en teoría se estaba allanando el terreno para un viaje de Rajoy, este no terminó de producirse.
En sentido contrario, son dos las veces que Fidel Castro ha cruzado el charco. De hecho, fue en Madrid donde Castro puso por primera vez pie en tierra en Europa occidental. Lo hizo en una escala técnica en 1984 y permaneció seis horas en la capital de España. El dictado cubano se dirigía a Moscú. Felipe González, ya presidente del Gobierno, recibió a Castro en el Aeropuerto de Barajas y luego continuaron el encuentro en el Palacio de la Moncloa.
La más llamativa, sin duda, cuando en 1992 acudió a Madrid a una cumbre Iberoamericana y, aprovechando ese viaje, acudió a Láncara, Lugo, el pueblo donde nació su padre, y compartió empanada, pulpo, aguardiente y queimada con el presidente de la Xunta, Manuel Fraga.
La segunda vez que Castro estuvo en España fue en 1998, después de un viaje a Oporto a una Cumbre Latinoamericana en la que aprovechó para visitar Madrid y reunirse con el presidente del Gobierno, José María Aznar.
Por su parte, su hermano Raúl no ha visitado España en la época en la que ha sido presidente de Cuba. Sí lo hizo en 2005, cuando viajó a Galicia. La tierra natal de su padre.
Ese vínculo de los Castro con España han hecho que las relaciones entre los dos países nunca hayan sido problemáticas. Solo vivieron su peor momento en los años en los que José María Aznar era presidente del Gobierno, cuando el mandatario español impulsó la posición común en la UE para una mayor democratización de Cuba.
En noviembre se abrirá un nuevo capítulo en estas relaciones, esta vez ya sin los Castro como máximos representantes del régimen comunista.