García Marcos se enfrentaba en los plenos de Marbella a Gil: "Con frecuencia recibía amenazas de muerte"
La exportavoz socialista en el Consistorio lamenta que la dirección de su partido mirara hacia otro lado ante las irregularidades en su gestión
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La exportavoz del Grupo Socialista en el Ayuntamiento de Marbella, Isabel García Marcos, conoció bien a Jesús Gil. De hecho, los que la recuerdan aseguran que fue su azote durante el tiempo en el que el regidor gestionaba el municipio. García Marcos tenía todas las de perder en la década de los noventa, pese a que con el cambio de siglo accedió a la alcaldía.
La ex dirigente del PSOE marbellí asegura no haber podido visionar aún el documental sobre la vida de Gil estrenada en HBO: “Me interesa del documental tanto por la iniciativa como por el acercamiento a esa realidad vivida desde unas posiciones distintas como las relatadas hasta ahora. Todos los medios informativos han seguido una versión oficial de los hechos, y lo peor es que muchos la hemos secundado por miedo a que haya consecuencias.”
Para la rival de Jesús Gil en el Consistorio malagueño, Gil fue un adelantado a su tiempo: “Llegó con un mensaje que no era nuevo en la historia, pero en la todavía joven Democracia española, apareció con un mensaje populista, en el que daba respuesta a todos los problemas, incluidos aquellos que ni siquiera existían. La sociedad de Marbella tenía una sensación de abandono, de no obtener respuestas de los poderes públicos. De eso Gil se aprovechó, con el mensaje de que iba a hacer ricos a todos, que limpiaría a Marbella de las prostitutas reforzando la seguridad... Entró arrasando.”
El fenómeno de Gil no pilló por sorpresa a los partidos tradicionales, según García Marcos: “Cuando me llaman para encabezar la lista del PSOE a la alcaldía, eran conscientes de que casi todas las fuerzas iban a desaparecer del mapa en las elecciones de 1991. De hecho, solo íbamos mindundis y segundones, a poner la cara para recibir de todo.”
La candidata socialista al Ayuntamiento recuerda muy bien cómo eran los enfrentamientos con Gil en los plenos municipales: “Era un tiranuelo totalitario que utilizaba la amenaza y el insulto porque es una buena manera de dominar al contrario. Yo lo vivía de esta manera. Eché de menos tener el respaldo real del PSOE, el partido al que creía que pertenecía. Me dio pena comprobar cómo aquellos aspectos criticables de la gestión, como incumplir la legalidad, no tenía importancia para los partidos que tenían mayor prevalencia en la esfera pública. De hecho, se aprovechaban de aquello. Yo recuerdo que Gil confesaba que había financiado al PSOE y no se hacía nada. Por eso eran tan timoratos a la hora de condenar determinadas políticas de Gil.”
Un ejemplo de ello fue cuando durante sus mandatos se construyeron un total de 30 mil viviendas ilegales, mientras la Justicia miraba hacia otro lado: “El PSOE lo denunciaba en el Ayuntamiento, pero no se hacía nada. Era la cutre-política incluso cuando a mí o a mi hija pequeña nos amenazaban telefónicamente. No sabíamos quiénes eran. Se presentaban como seguidores de algunas facciones del Atlético de Madrid. Un totalitarismo cateto y provinciano, pero tu ibas a una cafetería en Marbella y se te ocurría hacer un comentario contra Gil, y la gente te trataba como un afectado por miedo a ser represaliados.”