El Gobierno acelera la moción de censura: no quiere dar margen de maniobra a Sánchez
Los populares confían en que el líder socialista fracase. Los nacionalistas vascos aún no tienen asegurados los 500 millones extras que recibirían por las cuentas publicas
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La decisión de convocar el debate de esa moción de censura correspondía a Ana Pastor, y la presidenta del Congreso ha comunicado a Pedro Sánchez su intención de celebrarlo esta misma semana a pesar de que el PSOE era favorable de alargar un poco los plazos. Cabe recordar que el debate de la moción anterior, la de Podemos, tardó casi un mes.
La anulación de la agenda de Mariano Rajoy para hoy y mañana daba una pista sobre las intenciones del Ejecutivo. Intenciones que justificaban en el PP en aras a la estabilidad, porque, según Rafael Hernando, la incertidumbre solo beneficia “a los especuladores financieros”. Pero detrás de todo esto subyace una idea de fondo: el Gobierno no quiere que Pedro Sánchez tenga margen para negociar con la oposición. “No vaya a ser - decían fuentes consultadas por la COPE- que el niño acabe metiendo los dedos en el enchufe”.
Los populares confían en que fracase la moción de censura. Coalición Canaria ya ha dicho que no se apunta, y ven al PNV más que reticente a dar ese paso, sobre todo, porque los presupuestos no han superado todavía el trámite del Senado y los nacionalistas vascos no tienen asegurados los más de 500 millones extras que recibirían por las cuentas publicas. De ahí quizá el cambio de estrategia de Moncloa, que el viernes pretendía ir al debate con los presupuestos aprobados. Aviso pues a navegantes, en este caso navegantes vascos.
Pero, aunque supere esa moción de censura, los problemas no acabarán para Mariano Rajoy. Ciudadanos ya ha dado por muerta la legislatura y ha adelantado su intención de forzar la convocatoria de elecciones por todos los medios posibles. Pablo Casado intentaba hoy ser optimista: “cuando fracasa un intento de tumbarte, el que queda en pie puede salir beneficiado”, decía. O lo que es lo mismo, lo que no te mata, te hace más fuerte.
Rajoy se someterá el miércoles a las preguntas habituales en la sesión de control al Gobierno, un trámite más o menos fácil por la brevedad de su duración, y porque el presidente se zafa bien en el cuerpo a cuerpo. Pero mañana el PP tendrá otra prueba de fuego: María Dolores de Cospedal comparecerá en la comisión que investiga la financiación irregular del PP, y eso sí que será, admiten, una prueba de fuego.
De momento se busca pues, superar cada etapa de esta prueba, y se advierte sobre todo, de los riesgos de “italianización” de la política española. Lo que está claro, es que Rajoy no piensa dimitir. Al menos, hasta que sea él quien lo decida, no los demás.